Este martes, se ha celebrado una nueva reunión del Consejo de Asuntos Generales en Bruselas. Un encuentro que tenía previsto, en la agenda del día, abordar la oficialidad del catalán como un "punto de información" para fijar el estado de la cuestión. Eso hacía esperar, pues, que no se produjera ningún debate ni ninguna votación sobre la posible entrada del catalán, el vasco y el gallego en la Unión Europea. Pero la realidad ha sido todavía más amarga: los ministros de Asuntos Europeos han abordado durante menos de 10 minutos el punto sobre la oficialidad del catalán, según ha informado la ACN. Fuentes comunitarias y diplomáticas han revelado que "no ha habido discusión", y solo ha habido una exposición por parte del ejecutivo español sin réplica.

Durante la reunión, el Gobierno ha presentado el memorándum que ya hizo llegar a los estados de la UE. El documento se entregó en los últimos días a los gobiernos de los 27, recordando que la UE tiene que "respetar la identidad nacional de los estados miembros" y que, en el caso de España, eso incluye "la diversidad lingüística". "El catalán, el vasco y el gallego son lenguas cooficiales con profundas raíces históricas, un gran número de hablantes y un lugar en nuestra Constitución", defiende el memorándum. Ahora bien, después de esta presentación, en la que se han explicado también los argumentos legales y políticos para la oficialidad de las tres lenguas, ninguno de los representantes de los demás países han tomado la palabra. No era necesario que después de la exposición del Gobierno intervinieran los representantes de otros países, pero sí que hubiera sido posible si lo hubieran pedido.

El PP, culpable

En todo caso, el día de hoy ha sido marcado particularmente por la acusación del secretario de Estado español para la UE, Fernando Sampedro, quien en su llegada a la reunión ha dicho que el hecho de que el PP rechace dar apoyo a esta iniciativa hace que países gobernados por aliados de los populares no le den apoyo por influencia de partido. El representante político ha señalado que hay "resistencias políticas" de algunos socios europeos, como son Suecia, Finlandia, Letonia y Lituania —cuatro países que están gobernados, precisamente, por formaciones integradas en el Partido Popular Europeo. En este sentido, ha apuntado que el apoyo del PP a la propuesta "facilitaría" su aprobación porque gobiernos populares también le darían apoyo. La petición de oficialidad necesita la unanimidad de los 27 para salir adelante.

Precisamente, este martes el ministro de Asuntos Europeos de Finlandia, Anders Adlercreutz, ha vuelto a afianzar las reticencias de su país en esta cuestión. En este sentido, antes de la reunión ha explicado que la "principal preocupación" de Finlandia sobre la oficialidad del catalán, el euskera y el gallego en la UE son las "repercusiones" que pueda tener en sus lenguas minoritarias.