El Partido Popular sigue recibiendo golpes. Durante las dos pasadas semanas, la crisis interna de los populares se ha vivido en el ámbito nacional. Las acusaciones de corrupción por parte del presidente del PP, Pablo Casado, hacia la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, acabaron, increíblemente, convirtiéndose en una sentencia de muerte para Casado. La formación conservadora celebrará un congreso extraordinario en menos de un mes en Sevilla, y se espera que el líder en Galicia, Alberto Núñez Feijóo, lo suceda y coja las riendas.

Pero en Catalunya, donde el partido consiguió tres diputados en las últimas elecciones a Parlament el 14 de febrero del año pasado, la situación es casi igual de crítica. De hecho, los populares, que hasta ahora contaban con una representación históricamente de mínimos en la cámara catalana y se habían visto relegados al grupo mixto, todavía pierden más fuerza: y es que se quedarán con tan solo dos diputados, Alejandro Fernández y Lorena Roldán.

Todo ha empezado después de que la nueva líder de Valents, Eva Parera, dejara su escaño hace dos semanas para asumir este nuevo proyecto. Lo más habitual habría sido que el acta de diputado la cogiera el siguiente nombre a la lista, Daniel Serrano, número cuatro por Barcelona el 14-F. Pero su situación era más compleja, ya que el candidato dejó todas sus funciones al partido después de las acusaciones de un delito de agresión sexual y dos más de lesiones leves poco antes de los comicios catalanes.

Giro de guion

Desde el mismo PP catalán, se esperaba que, dadas estas circunstancias, Serrano no cogiera su acta de diputado, y que esta pasara directamente al número cinco de la lista, Eduardo Bolaños. Pero en un giro de guion inesperado, el diputado acusado de agresión sexual ahora ha decidido recogerla y entrar en el Parlament precisamente como diputado independiente. Y es que, a pesar de no ser miembro de los populares desde hace más de un año, su posición en la lista electoral lo convierte en el 'sucesor' de Parera.

A estas alturas, Serrano ya ha iniciado los trámites para hacerse con su silla en la cámara catalana. De hecho, la Junta Electoral Central (JEC) ha enviado su credencial a la Mesa del Parlament, que ya la ha recibido. Según informa este mismo órgano, a fin de que Serrano adquiera la plena condición de diputado ahora hace falta que el exmiembro popular haga el acatamiento de la Constitución y del Estatut, y presente su declaración de actividades y de bienes.

También peligra la presidencia del PP catalán

No es el único frente abierto de los populares en Catalunya. El 97,1% de los afiliados del PP votaron a Alejandro Fernández a la presidencia del partido en Catalunya en noviembre del 2018. Un apoyo casi unánime que a estas alturas mucho se duda de su vigencia. De lo que no se duda es que la crisis del PP en Génova con la consecuente marcha de Pablo Casado y la más que probable entrada de Alberto Núñez Feijóo para capitanear los populares resuena y se observa desde Catalunya entre los partidarios que Fernández siga al cargo y los partidarios que se ponga punto y final a su liderazgo, dando paso, por ejemplo, a la eurodiputada Dolors Montserrat.

Si bien es cierto que la marcha de Casado se supone que tenía que dar aire a Fernández, la cosa no está tan clara ahora. Tenía que dar aire porque según fuentes populares consultadas, el plan de Génova -antes de que estallara la crisis entre Casado y Isabel Díaz Ayuso- era retirarlo de delante del partido, principalmente después de los malos resultados a las elecciones catalanas del 14-F, donde el PP pasó de cuatro a tres escaños, aumentando así el declive de los populares en Catalunya. A Alejandro Fernández le había hecho la cruz y su futuro estaba sentenciado. Ahora que Casado se marcha, Fernández tendría que respirar, pero por mucho que Casado se marche, sus partidarios persisten por todas partes.