El viceprimer ministro belga y responsable de la cartera de Exteriores, Didier Reynders, ha pedido este jueves que se deje trabajar a la Justicia belga en la evolución de la demanda contra el juez Pablo Llarena presentada por el gobierno en el exilio.

"Creo que que hay que dejar a las autoridades judiciales trabajar juntas, es lo que intentamos hacer", ha declarado Reynders a la prensa cuándo se le ha pedido opinión sobre la polémica por la traducción de las declaraciones de Llarena utilizadas en la demanda. Reynders ha respondido así a su llegada a una reunión informal de ministros europeos en Viena, a la cual también asiste el titular español, Josep Borrell.

Las declaraciones originales de Llarena utilizadas para construir la demanda fueron realizadas en condicional para referirse a los encausados, mientras que en la traducción presentada en la denuncia se pierde esta connotación, por lo que parece que el juez afirma que se cometieron los delitos de los cuales estaba hablando.

El ministro belga no ha aclarado si aprovechará esta cita europea para reunirse con Borrell, pero ha señalado que el embajador de Bélgica en España mantiene contactos con el Ministerio de Justicia español para favorecer la cooperación judicial.

"Intentamos ver como avanzar tan bien como sea posible en este asunto, como lo hemos hecho en otros dossieres judiciales recientes", ha declarado Reynders, en alusión a las órdenes europeas de detención y entrega que cursó — después retiró— Llarena contra Puigdemont y los consellers en Bélgica.

Así, el político belga ha pedido "dejar las autoridades judiciales trabajar juntas", cosa que, ha añadido, los dos países tratan de hacer. "Las ponemos en contacto lo máximo posible y, como ha pasado con otros casos en los últimos meses, intentaremos que todo ocurra en buen entendimiento", ha concluido.