Después de varios aplazamientos y prórrogas, ya se ha llegado a un acuerdo por las licencias de edad. La mesa del Parlament ha aprobado este jueves un nuevo sistema de reducción de jornada y de sueldo progresiva con bonificaciones para reemplazar las licencias de edad. De esta manera, los trabajadores de la cámara que todavía tienen la opción de cobrar sin acudir al lugar de trabajo los últimos años de su vida profesional, es decir, se ven beneficiados por las licencias de edad, se tendrán que reincorporar el 1 de noviembre.

Sin embargo, habrá algunas excepciones, en la implantación de este un nuevo sistema de reducción de jornada progresiva con bonificaciones. Este jueves la Mesa del Parlament había aumentado las sillas en la mesa porque, más allá de los respectivos miembros de la Mesa, estaba formada por un representante de cada grupo parlamentario. En esta reunión se ha establecido que los funcionarios que se reincorporen podrán acogerse al nuevo sistema con unas "mejoras de la jornada laboral". La propuesta se ha trasladado este mismo jueves a la Comisión de Asuntos Institucionales que ya lo ha validado.

El nuevo sistema aprobado por la Mesa del Parlament

Junts, ERC y el PSC han votado a favor de este nuevo sistema, mientras que Vox y los comunes han votado en contra y la CUP y Cs se han abstenido de la votación. La Comisión de Asuntos Institucionales ha avalado que los funcionarios mayores de 60 años, que les quede máximo cinco años para jubilarse y que acrediten haber trabajado 25 años en la cámara, puedan acogerse a un "permiso progresivo" para reducir la jornada laboral y el sueldo de forma gradual, pero que prevé la posibilidad de cobrar la pensión máxima sin trabajar a partir del tercer año. Así, el nuevo sistema de reducción de jornada progresiva consistirá en una reducción de un tercio de la jornada laboral el primer año, del 50% el segundo año y de un permiso a tiempo cumplido a partir del tercer año hasta la edad legal de jubilación cobrando la pensión máxima.

La reducción de jornada progresiva de los primeros años irá acompañada de una serie privilegios relacionados con la pensión máxima. A partir del primer año, los funcionarios acogidos al sistema cobrarán dos tercios del sueldo, además de un tercio del equivalente a la pensión de jubilación máxima. Eso se podrá aplicar durante tres años. Si en el segundo año se pasa a una reducción de la mitad de la jornada laboral, se cobrará la mitad del sueldo y la mitad de la retribución equivalente a la pensión de jubilación máxima. Eso se puede pedir durante el segundo, tercero, y cuarto año. El Parlamento se ha comprometido a mantener el pago de las cotizaciones correspondientes a la jornada completa.

Este jueves era la fecha máxima que se habían marcado tanto la mesa del Parlament como los representantes de los trabajadores para llegar a un consenso después de que la última propuesta quedara suspendida. Aunque la cámara ya suprimió la polémica figura de las licencias por edad y, por lo tanto, ya no se conceden nuevas, todavía faltaba tomar una decisión sobre las personas que ya disfrutaban de este privilegio o bien que lo habían solicitado, pero no lo tenían concedido todavía. Según fuentes parlamentarias, el nuevo sistema de reducción de jornada progresiva no cuenta con el visto bueno de los funcionarios, aunque se ha tratado con el consejo de personal.

La situación en los últimos dos meses

El pasado mes de junio, parecía que las diversas partes implicadas encontrarían la manera de descoyuntar la situación después de que la mesa del Parlament propusiera modificar los estatutos de régimen y gobierno interior de la cámara para introducir dos nuevas figuras: las excedencias voluntarias y las reducciones de jornada a los trabajadores de más de 60 años, ambas cuestiones remuneradas. La diferencia entre las licencias por edad (que permitían cobrar hasta 10.000 euros en el mes) y las nuevas figuras (que permitirían no trabajar y cobrar la pensión máxima de 2.800 mensuales, o trabajar menos horas y cobrar el 80% del sueldo anterior), pues, sería fundamentalmente económica, aunque fuentes de la Mesa insistían en que no era una réplica del modelo anterior.