El médico forense de los juzgados de Barcelona ya ha hecho la revisión médica al expresident de la Generalitat Jordi Pujol, de 95 años, para determinar si su estado de salud le permite quedar exento de ir personalmente a Madrid al juicio contra él y su familia, que empieza el 24 de noviembre. El informe médico ya está y ahora la pelota está sobre tejado de la Audiencia Nacional, según ha avanzado este viernes Catalunya Ràdio. Los juzgados lo han enviado directamente al alto tribunal español sin dar a conocer los detalles a la defensa del expresident. Los exámenes médicos se han realizado en casa de Pujol y no en la Ciutat de la Justícia, como es habitual.
Pujol pidió a finales de octubre a la Audiencia Nacional evitar el desplazamiento a Madrid y poder asistir al juicio de manera telemática desde Barcelona. Su defensa, ejercida por el penalista Cristóbal Martell, ha aportado tres informes médicos que describen su estado de salud físico y cognitivo para que el tribunal decida si lo ve apto para afrontar el proceso y para defenderse dialécticamente.
Los informes médicos aportados por la defensa de Pujol señalan que el expresidente tiene “marcadores en sangre de la enfermedad de Alzheimer” y un "deterioro cognitivo grave" que lo lleva a "confundir hechos y personas”. También tiene dificultades de movilidad por su edad avanzada, con una discapacidad reconocida del 75% que lo hace dependiente.
La familia en ningún caso quiere inhabilitarlo porque consideran que está en un estado lo suficientemente bueno para un hombre de 95 años, tal como afirmó su hijo Oriol este noviembre. Sin embargo, los abogados y la familia veían necesario que un forense "evalúe" el deterioro cognitivo y si este limita "la comprensión de contenidos complejos y su capacidad para comprender la acusación formulada, comunicar eficazmente y afrontar el juicio con garantías".
Según Oriol Pujol, su padre quiere ir al juicio para explicarse y en ningún caso está pidiendo no hacerlo, sino que sea en Barcelona. El motivo por el cual ha pedido no tener que asistir presencialmente a Madrid, ha explicado su hijo, es que tiene un estado de salud delicado dada su avanzada edad. "El cuerpo está castigado, está débil y frágil, arrastra dolor, no le aguanta...", ha apuntado, para añadir que esto no le permitiría ir y volver 44 veces en seis meses, semana sí semana no.
La Fiscalía pide nueve años de prisión para el nonagenario expresidente catalán
La Fiscalía acusa al expresidente de la Generalitat y a su familia de crear “una red de clientelismo”, y pide 9 años de prisión para Jordi Pujol por los delitos de asociación ilícita (5 años), del cual le hace director, y de blanqueo de capitales (4 años). La pena más alta pedida es para el primogénito, Jordi Pujol Ferrusola: 29 años de prisión, porque además de los dos delitos del padre, también se le imputan los delitos contra Hacienda y falsificación documental, como también a su exmujer Mercè Gironès (17 años de prisión), y a Josep (14 años). Para el resto de hijos -Pere, Oleguer, Oriol, Mireia y Marta- el fiscal pide 8 años de prisión por los mismos delitos imputados a su padre.
Las defensas piden su absolución porque no se ha concretado ninguna irregularidad. En concreto, se sostiene que el dinero que tenían en Andorra proviene de la herencia que les dejó el abuelo Florenci, ascendía a 140 millones de pesetas en dólares, y que estos "no guardan ninguna relación con la alta función pública que Jordi Pujol i Soley ejerció en la Generalitat de Catalunya" desde su primer nombramiento como presidente en 1980 hasta su cese en 2003. El juicio comienza pronto, el día 24 de noviembre.