La pancarta que el presidente de la Generalitat hizo colgar después de retirar los lazos amarillo y blanco podrá seguir ondeando con el permiso de la Junta Electoral Central. Así lo acaba de confirmar el árbitro electoral después de que este miércoles al mediodía se hayan reunido los magistrados que forman parte del órgano y contra quienes, por cierto, Quim Torra se ha querellado hace unas horas por prevaricación. La notificación es breve, de sólo dos párrafos y se dirige al comisario jefe de los Mossos d'Esquadra, Miquel Esquius. Se trata, prácticamente de un telegrama que a continuación explicamos como interpretar.

El jueves 21 de marzo por la noche, la Junta Electoral Central acordó ordenar a los Mossos d'Esquadra que procedieran a la retirada de las dependencias de la Generalitat de la simbología a favor de los presos y exiliados si a las tres de la tarde del día siguiente todavía seguían exhibiéndose. A media mañana del viernes, y para evitar la imagen de la policía catalana sacando los lazos y carteles, el Gobierno descolgó las pancartas de las fachadas de las conselleries y del Palau de la Generalitat por iniciativa propia, tras haber recibido la orden de la JEC.

Quim Torra, sin embargo, se guardaba un último golpe de efecto y a las tres y cinco minutos, dos de sus hombres de máxima confianza -Joan Ramon Casals y Pere Cardús- salieron al balcón de Palau para colgar un nuevo letrero, este reivindicando la libertad de opinión y de expresión. Cuando los Mossos d'Esquadra lo vieron, consultaron a la Junta Electoral qué tenían que hacer con la nueva pancarta y si aquella también tenía que ir fuera. Aquel mismo día, el viernes 22 de marzo, la autoridad electoral les comunicó, en privado, una decisión provisional, que es la que acaban de ratificar y hacer pública este miércoles: que el nuevo cartel puede quedarse.