La cabeza de la directora general del CNI, Paz Esteban, se tambalea desde hace días. Sus explicaciones de ayer todavía extendieron más responsabilidades dentro del CNI por una gestión cargada de errores y mala praxis. Pero en medio de este terremoto mediático, la ministra de Defensa, Margarita Robles, subraya su apoyo hacia Esteban y, en paralelo, otro ministro replica el mismo modelo con el número dos del Centro Nacional de Inteligencia español.

Eso es lo que publica hoy El Confidencial: el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha otorgado la Cruz de Plata de la Guardia Civil a Arturo Relanzón Sánchez-Gabriel, la segunda persona más importante del CNI. Y Marlaska lo ha decidido haciendo caso omiso a toda la actualidad política, dejando de lado el CatalanGate y el programa Pegasus que espió los móviles de Robles pero sobre todo, de Pedro Sánchez.

Marlaska dejó de lado el CatalanGate

La orden fue firmada el pasado 21 de abril, tres días después de que el periodista Ronan Farrow, del diario The New Yorker, publicara el espionaje a políticos, abogados y miembros de la sociedad civil independentista catalana. Entonces, fue negado categóricamente por La Moncloa, y el CNI permitió que se alimentara el discurso que aquella publicación era totalmente falsa. En menos de quince días, no ha tenido más remedio que admitir los hechos y, de rebote, tragarse el escándalo de los móviles de Sánchez y Robles. Sin embargo, en vez de rodar cabezas, se consolidan los que están lo más arriba de todo.

El Boletín Oficial de la Guardia Civil es de uso público, pero se accede a él con previa petición. En este caso, tal como recoge el BOE, "para la concesión de la Cruz de Plata se tendrán que hacer hechos, que sin reunir la condición de riesgo personal exigida por la Cruz de Oro, supongan una colaboración relevante con la Guardia Civil o revistan, por su naturaleza, un carácter o mérito tan relevante que requieran el alto reconocimiento y esta distinción especial". Es una recompensa de carácter civil y podrá ser concedida a los miembros del cuerpo mencionado, pero también a cualquier otra persona o entidad que sea acreedor. El pasado de Relanzón ligado a este cuerpo, lo lleva a recibir este reconocimiento.

Empezó de paracaidista militar

Después de ser paracaidista en la Academia Militar General de Zaragoza durante la década de los 70, el año 1989 ingresó en el Centro Superior de Información de la Defensa (CESID), donde empezó prestando sus servicios a la División de Contraterrorismo. Desde 1990 trabajó a la División de Acción Operativa, ocupante diferentes prefecturas hasta el 2004, ya en el Centro Nacional de Inteligencia (CNI).

En el 2004 fue nombrado consejero en la REPER de España ante Naciones Unidas en Nueva York. En el 2009 fue nombrado jefe de Área de la División de Contraterrorismo, y en el 2011 fue nombrado Jefe del Departamento de Riesgos Transnacionales. En el 2016 fue nombrado consejero en la Embajada de España en Washington. En febrero de 2020 fue nombrado secretario general del CNI. Este es el séptimo reconocimiento que recibe, entre otros, suma dos cruces al Mérito Militar. Desde Twitter, el abogado Gonzalo Boye se ha mofado de este nuevo reconocimiento: "Las medallas, que no falten".

CNI Arturo
CNI Arturo Relanzón

Igual que Esteban, el segundo del CNI también fue nombrando por Robles que le dio su máxima confianza hace dos años. Sin embargo, su nombramiento fue a puerta cerrada, sin la difusión pública de su perfil excusándose con la confidencialidad que tienen que tener sus miembros. Posteriormente, sí se difundieron un par de fotografías suyas pero, de momento, es Esteban quien sigue tragándose todos los sapos mediáticos.

Esta extremada protección de su perfil ha llamado la atención más de una vez. El Confidencial Digital pudo encontrar el rastro de este miembro del CNI en diferentes sitios web que registran la actividad de empresas de importación y exportación de mercancías. Concretamente, se le cita como un operador comercial con base en los Estados Unidos, con actividad principalmente el año 2016, justamente cuando estaba trabajando en la embajada española de aquel país. Una situación, la de empresario y embajador, totalmente anómala.