La huelga feminista de este 8-M ha acabado bien arriba. Decenas de miles de mujeres –y hombres– han desbordado este jueves por la tarde el centro de Barcelona. Desde el Paseo de Gracia de la capital, han alzado sus voces y sus puños contra el machismo, en una manifestación de dimensiones inéditas. Hasta 200.000, según la Guardia Urbana. Los organizadores la han elevado hasta los 600.000. "Sin mujeres no hay revolución", ha sido uno de los clamores más escuchados.

Media hora antes de la convocatoria ya se han empezado a reunir centenares de personas en la confluencia del Paseo de Gracia con Diagonal, punto de arranque de la gran movilización. Llegadas las siete, la cabeceraha empezado a avanzar hasta su destino, la plaza de Catalunya. Miles de personas se han sumado a la marea lila.

Las principales autoridades del país han asistido a la manifestación, con la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y el presidente del Parlament, Roger Torrent, al frente. También ha habido representación de los principales grupos parlamentarios, con excepción del PP y Ciudadanos. Este último partido ha excusado su ausencia por la "mezcla con el 155 y esteladas".

La marcha de la Diagonal a la plaza de Catalunya ha contado con dos cabeceras. La primera estaba reservada exclusivamente a las mujeres, bajo la pancarta "Nos setenemos para cambiarlo todo". Había una segunda, esta mixta, donde iban representantes políticos y sociales. En el 8-M más reivindicativo del país, las convocantes lo han definido de "histórica", y la han comparado con la del no a la guerra de 2003.

En el turno de los parlamentos, las organizadoras han reproducido los mismos reclamos y exigencias que los participantes de la movilización. Reivindicaciones propias de la causa feminista, desde la denuncia de la brecha salarial, el acoso sexual en los puestos de trabajo y la violencia machista hasta un aborto libre y cubierto por la Seguridad Social y el reconocimiento y redistribución de las tareas de cuidado. Han exigido más recursos para el Pacto de Estado contra la violencia de género.

Pero los reclamos han ido más allá de las fronteras estrictas del feminismo, exigiendo el combate del capitalismo, la acogida de todas las personas migradas y refugiadas o la total separación entre la Iglesia y el Estado, entre muchas otras.

El acto de reivindicación ha contado con actuaciones musicales, vinculadas con la lucha feminista, y espectáculos de castelleres. El movimiento tiene voluntad de continuidad. "Hoy la huelga no se acaba; seguiremos hasta conseguir el mundo que queremos", han asegurado las organizadoras.