Actividad frenética en el ministerio de Josep Borrell y en la secretaría de España Global durante el juicio en el procés. En los últimos días, se han hecho vídeos de mejora reputacional, se han citado periodistas internacionales en las embajadas de todas partes y se ha creado una "célula de acción rápida" y una red se enlaces diplomáticos destinados a alertar y responder en caso de riesgo de estropear la imagen de España. Todo, una muestra de nerviosismo que se vive en el departamento de Borrell por el miedo a que la opinión pública compre que el juicio es "político" y que se están vulnerando derechos fundamentales.

Incluso se han enviado varios dossieres a los principales medios de comunicación mundiales. Entre ellos, uno que resume los hechos de en septiembre y octubre de 2017 y que está lleno de inexactitudes. Se habla, por ejemplo, de sólo dos heridos el 1-O -cuándo los datos de los servicios de emergencia de la Generalitat los sitúan cerca del millar.

En otro dossier titulado "12 falsedades contra España", además, hay descontextualizaciones evidentes, como cuando se pone como ejemplo del delito de rebelión un equivalente del Código Penal de Alemania -pero sin decir que un juez de este país rechazó la extradición del presidente Carles Puigdemont por falta de la condición de violencia-, o cuando se dice que Amnistía Internacional no reconoce a los encarcelados como "presos políticos" -omitiendo que en el caso de los Jordis ha pedido la libertad-.

La respuesta de Bosch

Ante esta situación, el Govern no se ha quedado de brazos cruzados y ya ha puesto en marcha una contra campaña para desmontar el relato que se intenta vender desde el ministerio de Exteriores. El homólogo de Borrell a la Generalitat, el conseller Alfred Bosch, ha puesto en marcha una gira de contactos y encuentros europeos que ya ha recogido los primeros frutos.

La semana pasada el conseller viajó a París, donde además de reabrir la delegación en el país cerrada para el 155, pronunció una conferencia y mantuvo varias reuniones con actores políticos. Entre ellas, el exministro de Educación francés y candidato socialista a las elecciones de 2017, Benoît Hamon, que después del encuentro con el conseller hizo unas declaraciones públicas tildando el juicio de "político" y pidiendo en la UE que interviniera.

Esta semana ha sido el turno de Bruselas, donde el conseller se ha reunido con el presidente Comité de Regiones de la UE, Karl-Heinz Lambertz. En la reunión, los dos políticos han abordado la situación de los presos políticos y el juicio en el procés. Según el conseller catalán, Lambertz "se interesó por la defensa de la democracia y los derechos civiles y por la situación de los presos políticos".

Próximamente: Ginebra

Las citas internacionales, sin embargo, no acaban aquí. Próximamente el conseller también se desplazará a Ginebra y otras poblaciones europeas, según han indicado fuentes de la conselleria a El Nacional. La intención del departamento es hacer una o dos ciudad por semana, aunque para la próxima no hay previsto ninguno. El Govern quiere combinar las diversas funciones del departamento y evitar que la internacionalización interfiera en otras tareas y obligaciones parlamentarias.

Desde la conselleria de Bosch explican que en estos encuentros constatan que el interés internacional por Catalunya ha crecido últimamente con el inicio del procés judicial y que hay cierta "unanimidad" con que se trata de un "juicio político". "El problema lo tienen ellos, son ellos los que se tienen que explicar y están nerviosos", dicen estas fuentes en referencia a las embajadas de Borrell, mientras aseguran que el Govern se limita a "explicar la situación" y a "pedir que sigan el juicio".

La acción de Bosch, sin embargo, también tiene otra vertiente: la de Madrid. La conselleria también trabaja para que los periodistas internacionales puedan tener interlocución directa con el Govern durante el seguimiento del juicio y les intenta facilitar el trabajo ofreciendo puestos de trabajo como el centro Blanquerna.

La lucha de David contra Goliat

La batalla por el relato de las dos administraciones, sin embargo, se hace en desigualdad de condiciones. Mientras que por una parte el ministerio dirigido por Borrell cuenta con embajadas y una amplia red diplomática casi en todo el mundo, el Gvern catalán tiene una modesta presencia internacional y con las dificultades añadidas de la aplicación del 155 y el cierre de las delegaciones. De momento sólo se han reabierto seis, de los 12 que tenía en el 2017.

Además, los presupuestos de las dos administraciones son muy dispares. El presupuesto de la conselleria de Exteriors es sólo lo 1,5% el ministerio, sin embargo, Borrell ha destinado, además, un millón extra a la secretaría de España Global, la encargada de rebatir el relato independentista en el Exterior, mientras que el Govern argumenta que por la contracampaña no se destinarán más recursos de los que ya cuenta la conselleria.

Hay que tener en cuenta, sin embargo, que además de la tarea que pueda hacer Bosch, también hay la que hacen otros miembros del Govern, así como representantes del Parlament y otros miembros de los partidos y entidades independentistas. Son ejemplos de ello, desde la conferencia que realizaron conjuntamente los presidentes Quim Torra y Carles Puigdemont esta semana, hasta la visita del presidente de la cámara catalana, Roger Torrent, en el Parlamento belga, o la campaña que puedan hacer los exiliados.