Martes, 12 de febrero de 2019

Tal como estaba previsto, nos hemos levantado a las 6 de la mañana. Como no disponemos de despertador, ayer ideamos un sistema para avisarnos entre nosotros aprovechando de que nuestras celdas están seguidas -ocupamos de la 9 a la 15-: hemos tocado en la pared para avisar al compañero de al lado de que es hora de levantarse. El sistema ha funcionado.

A las 7 ya hemos ido a ingresos, donde nos esperaba la Guardia Civil.

Hemos desayunado un cruasán y nos han conducido en 2 furgonetas a la Audiencia Nacional. Hacemos el traslado sin esposas. El viaje ha durado 40 minutos, menos tiempo que cuando estábamos en Estremera.

Una vez en la Audiencia, la custodia pasa de la Guardia Civil al Cuerpo Nacional de Policía. Ha sido bien diferente de lo que hemos vivido hasta ahora. Nos han esposado, pero no hemos estado en el calabozo. Un responsable de la policía nos ha dicho que cada día seguiremos el mismo protocolo.

Al cabo de poco rato, Raül, Josep, Oriol y yo somos trasladados en el Supremo. Aunque los dos edificios están a pocos metros, nos trasladan en vehículo policial. Esta vez sí que vamos esposados.

Raül, Josep, Oriol y yo somos trasladados al Supremo. Esta vez sí que vamos esposados

El trayecto dura poco más de 5 minutos. Una vez en el Supremo, la policía nos traslada a un salón noble con una gran mesa rectangular. El salón está presidido por un retrato de Alfonso XIII. Este será el espacio donde cada mañana esperaremos el inicio del juicio, donde comeremos y donde nos podremos reunir con nuestros abogados.

Al cabo de poco llegan Turull, Sánchez y Cuixart. Un poco más tarde entran en la sala Carme y Dolors. Ya estamos todos.

Hacia las 10:10 nos hacen subir a la Sala de Plenos del Tribunal Supremo. Llegamos acompañados por la policía.

Cuando entramos en la sala los miembros del jurado, los 7 magistrados, ya están en su sitio. También están los fiscales, la abogacía del Estado, la acusación particular y los abogados de la defensa. En el último banquillo de los acusados están Meritxell Borràs, Santi Vila y Carles Mundó. Los últimos en entrar son los periodistas y los familiares que ocupan el espacio reservado al público.

Yo me siento en la primera fila con Oriol Junqueras y Raül Romeva. Hemos empezado la sesión hacia las 10 y media. El presidente del Tribunal ha dicho unas breves palabras sobre los tiempos de intervención de la defensa y se ha iniciado la sesión con las cuestiones previas.

Conocer la sala, ver las caras de los jueces y fiscales nos ayuda a conocer el terreno de juego

A partir de ahora estamos en manos de estos siete magistrados que tendrán que valorar las pruebas y resolver sobre nuestra inocencia. Hemos tardado 15 meses en llegar aquí.

El presidente ha parado la sesión a la una y media para hacer un breve descanso. Al cabo de 45 minutos hemos hecho una parada para comer. Antes de salir hemos podido saludar brevemente a nuestras familias y el presidente Torra, la consellera Capella y el conseller Calvet. Hemos bajado a la sala donde ya tenemos la mesa preparada. Hoy toca tortilla de espinacas, verduras y macedonia de fruta.

Reanudaremos la sesión a las cuatro de la tarde.

Tanto en la Sala de Sesiones como en la sala que nos han habilitado los postigos de las ventanas están cerrados. La policía no nos permite abrirlos por seguridad. En la sala nos acompañan 6 policías. Cuando queremos ir al lavabo vamos de uno en uno y siempre acompañados por un agente.

Mientras comemos oímos gritos en la calle. Parece que dicen "Sánchez dimisión"!. Es muy posible que mañana empiecen nuestras declaraciones. Aprovechamos este rato, después de comer, para descansar y repasar papeles.

Conocer la sala, ver las caras de los jueces y fiscales nos ayuda a conocer el terreno de juego donde tendremos que jugar.

El trato y las formas están siendo correctos.

Joaquim Forn y Chiariello

Tribunal Supremo, Madrid, 12 de febrero de 2019