La máxima autoridad del PSOE es ahora Javier Fernández (Mieres, 1948), actual presidente de Asturias. Preside también la comisión gestora que cuida del partido hasta el congreso extraordinario que elegirá una nueva directiva. Sabe bien que su tarea principal es evitar unas terceras elecciones, por lo que deberá encontrar una fórmula que permita formar gobierno a Mariano Rajoy sin romper a la militancia del partido socialista. Eso es más complicado que cambiar su respaldo a Pedro Sánchez.

A mediados de julio, Fernández aún se negaba con energía a otorgar al PP “votos y estabilidad” porque las elecciones del 26-J habían "abierto una brecha [entre PSOE y PP] de una dimensión alarmante".

Hijo de la cuenca minera, nacido en una familia de larga tradición socialista, Javier Fernández era partidario de un acuerdo entre PSOE, Podemos y Ciudadanos para gobernar España. De ahí ha evolucionado a sostener que las únicas opciones son que el PP siga en el poder por ser la lista más votada o convocar unas terceras elecciones.

Hay un punto, sin embargo, en que su posición ha sido y es granítica e inamovible: el rechazo al derecho a decidir.

Fernández ha marcado de cerca y al hombre en este asunto. La última vez el 9 de julio de este año, cuando abroncó a Miquel Iceta en un Comité Federal. La causa fue la propuesta de referéndum “a la canadiense” que circulaba en el PSC. A puerta cerrada, Fernández avisó: “si los socialistas catalanes continúan por el camino de la consulta para Catalunya, deberían replantearse su relación con el PSOE”. El asturiano insistió: no entendía “por qué [los socialistas catalanes] se ha metido en esto” después de que todos los socialistas acordaran en Granada que la salida a “la crisis territorial” es una reforma federal de la Constitución.

Iceta trató de explicarle que apenas se trataba de la propuesta para ser debatida en el congreso del PSC del próximo noviembre, que no se puede prohibir el debate. No hubo manera.

El pasado 30 de septiembre, cuando ya se cocía a fuego lento la revuelta contra Sánchez, envió más señales de su cambio de posición. Consideraba imposible un gobierno alternativo al PP porque incluiría “componentes que no son de izquierdas”. Además, “después de lo ocurrido anteayer en el Parlament de Catalunya, en ningún caso puede mi partido pactar con aquellos que para desconectar de España han desconectado también del derecho y de las leyes, así que yo esa posibilidad la descarto".

Fernández es un mitinero de primera categoría. Sin papeles, pasea por el escenario, remangada la camisa elegante y calzado con zapatos de hebilla, acompañando un discurso bien hilado con un leve resuello y excelente juego de brazos. Su lenguaje es de calidad. Ni se repite ni aburre. Lleva a la audiencia en volandas.

El 14 de junio, en un mitin con Pedro Sánchez en Oviedo, explicó su oposición a derecho a decidir, en el contexto de sus críticas a Podemos, calificándolo de “insolidario”. “Derecho a decidir es el derecho a dividir […] Yo no sé si hay [naciones] en España. Lo que sí sé es que una cultura, una tradición, una lengua y una televisión pueden convertir a una multitud en nación. Pero la ciudadanía, los derechos políticos, los civiles, los sociales, la libertad y el imperio de ley solo lo justifica y reconoce el Estado […] Si se autodeterminan Catalunya y Euskadi, si el Estado se rompe […] ¿cómo garantizas la sanidad, la educación universal y de calidad, si se rompe la caja única de la Seguridad Social?”.

Es un discurso similar al que emplean las federaciones socialistas del sur de España:

Fernández se dirige directamente a Sánchez y le recuerda (o avisa) que Podemos “pactó en Bilbao y en Barcelona con los nacionalistas por puro oportunismo” (no hubo tales pactos). “Ver que se acepta la secesión […], que se plantea la reducción del territorio de la solidaridad sólo por una ventaja electoral… eso no puede hacerse, al menos en nombre de la izquierda”.

Compara el patriotismo de los líderes de Podemos con el de “un subteniente de regulares” y parafrasea a Manuel Azaña: “¡Yo no soy patriota! ¡Yo sólo soy español por los cuatro costados! ¡Yo no tengo emoción española pero tengo pasión por España!”. El asturiano se deja ir en medio de los aplausos: “¡contra las patrias! ¡contra las identidades prefabricadas! […] ¡A favor de los hombres y de las mujeres libres e iguales!”. Libres e iguales. Como el manifiesto.

Fernández milita en la Federación Socialista de Asturias desde 1987. En noviembre de 2000 fue elegido su secretario general. Desde entonces ha sido reelegido en julio de 2004, en julio de 2008 y en septiembre de 2012. Preside Asturias desde mayo de 2012. 

En su primera elección como candidato a la Junta (2011), Fernández dejó al PSOE gobernante en tercera posición, por detrás del Foro Asturias (FAC) de Francisco Álvarez-Cascos y del PP. En las anticipadas del 25 de marzo de 2012, los socialistas ganaron sin mayoría absoluta. Fernández logró la presidencia con apoyo de IU y UPyD y la abstención del Foro y del PP.

En las elecciones de mayo de 2015, Fernández logró otra mayoría simple. Fue reelegido presidente con los votos de IU y la abstención de Podemos. Este curso se ha visto obligado a prorrogar los Presupuestos tras fracasar las negociaciones con Podemos, de quienes se ha distanciado debido al clima de rivalidad electoral intensa del que ninguno de ambos partidos ha podido salir desde diciembre pasado.

En este punto también coincide con Susana Díaz y otros barones críticos socialistas: los de Pablo Iglesias son el principal enemigo contra el que el PSOE debe reconstruirse. Otro tanto pasa con los socialistas de Extremadura y Castilla-La Mancha, donde se han roto los acuerdos entre socialistas y podemitas. Las federaciones socialistas que han logrado pactar con Podemos (las del centro al norte y noreste), en cambio, se inclinan por buscar el mismo tipo de acuerdo para relevar a Mariano Rajoy y al PP en La Moncloa.

El resto de la gestora

Fernández contará con dos personas de confianza de la lideresa andaluza, la más notable es el portavoz del PSOE en el Parlamento andaluz, Mario Jiménez. La segunda integrante andaluza de la gestora es María Jesús Serrano, diputada por Córdoba y exconsejera de la Junta.

La secretaria general del PSOE de Sevilla, Verónica Pérez, ya ha expresado su apoyo a Javier Fernández: "No había nadie mejor para presidir la gestora que conduzca al Congreso" del Partido Socialista", dice en un tuit.

La federación de Extremadura también cuenta con dos representantes: Ascensión Godoy y Soraya Vega. El resto de vocales son José Enrique Muñoz Lladró (portavoz adjunto en las Cortes valencianas y líder de las juventudes en esa comunidad); Dolores Padrón (Canarias); Francesc Antich (el expresidente de Balears); Francisco Ocón (La Rioja) y Ricardo Cortés (Cantabria). Estas tres últimas federaciones son más próximas al sector que ha apoyado a Sánchez.

En esta línea, Francesc Antich ha asegurado este domingo que defenderá la consulta a la militancia si se quiere cambiar el mandato del Comité Federal de rechazar la investidura de Mariano Rajoy. "Hay un acuerdo muy claro del Comité Federal que ha dicho 'no' a un Gobierno del señor Rajoy (...) si eso se tiene que cambiar (...) se tendría que escuchar a la militancia", ha dicho.

El PSC decidirá si incorpora un miembro a la gestora tras su congreso de noviembre, en el que se dilucidará el liderazgo del partido entre el actual primer secretario, Miquel Iceta, y la alcaldesa de Santa Coloma, Núria Parlon.

Con información de Efe y Europa Press