Hace días que dura y a medida que avanza el tiempo se encienden más fuegos. La polémica sobre hacer vehicular el castellano en la educación de los niños en Catalunya no estaba prevista en la agenda del gobierno de Mariano Rajoy, según publica hoy La Razón.

La aplicación del artículo 155 de la Constitución española no incluía tratar esta cuestión, pero Sociedad Civil Catalana (SCC) se anticipó sin tener en cuenta que el gobierno español todavía no tenía una estrategia definida para ejecutar sus planes y, después de que saliera a la luz por boca de la entidad españolista, el secretario de Estado de Educación lo confirmó sin pensar en las consecuencias que eso podía comportar y sin ni siquiera consultarlo con sus compañeros constitucionalistas: el PSOE y Cs.

Según las fuentes consultadas por el diario citado, "todas las decisiones ya eran malas" porque si se lo rectificaba "íbamos hacia el abismo y ponerle en bandeja al oportunismo de [Albert] Rivera", mientras que si seguían tratando la cuestión —cómo han hecho— "también era complicado".

¿Echar todo al monte con el 155?

De hecho, estas fuentes aseguran que eso "no quiere decir que hayamos decidido echar todo al monte con el 155", pero el diario de Francisco Marhuenda advierte que Rajoy lo tendrá complicado porque con todo eso puede ver cómo pierde apoyos para aprobar los presupuestos para este año porque, sustentan, "las diferencias con el PNV no son económicas, sino que están vinculadas al 155".

Y no sólo eso. Como ya avisaron desde el inicio de la polémica, insisten en que movimientos como estos todavía unen más el bloque independentista y podría comportar que los del PP pierdan todavía más apoyos en Catalunya.

Ahora bien. Se lamentan de que con Cs detrás "es más difícil encontrar el equilibrio", a pesar de que la intención de los dos (o tres si se suma el PSOE) sea seguir aplicando la norma suprema "como se ha hecho hasta ahora" y hasta que, previsiblemente, se forme un Govern que no esté liderado por Carles Puigdemont. Eso sí. Según aseguran, no tienen ningún plan para aprovechar su control de Catalunya para intensificar todavía más el control a todas las competencias de la Generalitat.

Discrepancias al PSOE

La cosa, sin embargo, ha acabado afectando a los socialistas españoles que, después de acordar con el líder del PSC, Miquel Iceta, un rechazo total contra esta iniciativa del gobierno español, vio cómo tres de sus barones se ponían al lado de la propuesta del PP.

Concretamente lo hicieron elspresidents de Aragón, Castilla-La Mancha y Extremadura, los socialistas Javier Lambán, Emiliano García-Page y Guillermo Fernández Vara, que sustentaron que se tienen que garantizar el derecho de los padres a escoger el idioma vehicular en que estudien a sus hijos.

Los de Rajoy ya confirmaron el viernes que buscan ahora la fórmula para ampliar el castellano en las escuelas catalanas, aunque todavía no saben a través de qué fórmula llevarlo a cabo, sin embargo, después de que se les escapara de las manos esta cuestión, ahora tienen claro que "sin duda, lo haremos".