El rapero Pablo Hasél ha tildado de "operación de Estado" todo el asunto relacionado con la agresión a un testigo por la cual la justicia lo ha condenado a dos años y medio más de prisión. La condena se hizo pública tres días después de que ingresara en la prisión por una primera condena de nueve meses por un delito de enaltecimiento del terrorismo y por injurias a la monarquía.

En un comunicado emitido este domingo, el rapero explica que el testigo era falso y un "viejo colaborador del PSC y la policía" que se vanagloriaba de la "violencia fascista". Todo empezó cuando este personaje habría declarado falsamente y a favor de la policía para desmentir una presunta agresión de unos agentes a un activista menor que colgaba carteles a favor de la autodeterminación, según se explica.

Después de esta falsa declaración, Hasél difundió su trayectoria y este respondió presentándose en su domicilio para intentar agredirlo. Según asegura el rapero, él "se limitó a apartarlo". "Después me denunció inventándose una agresión sin informe de desiones y amenazas de muerte", apunta.

Para Hasél, el juicio que siguió a estos hechos fue "escandaloso", ya que "la fiscalía le dictaba lo que tenía que decir". "Se me ha condenado a dos años y medio de prisión sin absolutamente ninguna prueba, quedando todavía un recurso", lanza. Para el rapero, todo esto y el hecho que la condena se haya hecho pública en el tercer día de su encarcelamiento "demuestra que es una operación de Estado para tenerme mucho tiempo encarcelado, criminalizarme y desviar la cuestión de la libertad de expresión ante la enorme respuesta".

Hasél concluye: "En este Estado condenan sin pruebas en juicios-farsa políticos como venganza a nuestra lucha. Esta es su 'democracia plena' en qué no sólo la brutalidad policial sale impune sino que encima condenan a prisión por denunciarla. La gravísima y constante vulneración de los derechos y libertad fundamentales exige una respuesta firme y contundente".

Cinco días de protestas

El encarcelamiento del rapero Pablo Hasél ha provocado ya cinco días consecutivos de protestas que han acabado en disturbios, saqueos y enfrentamientos con la policía por todo Catalunya y también en varias ciudades del Estado. La de ayer fue la manifestación con más participantes, 6.000 según la Guardia Urbana, la cual fue de carácter pacífico hasta la llegada a la Via Laietana.

Una vez allí, la policía catalana quiso dispersar a los manifestantes, provocando una estampida que acabó con decenas de saqueos en el paseo de Gràcia y también en Gran de Gràcia. De hecho, el mismo conseller de Interior, Miquel Sàmper, denunció que lo que empezaron siendo "manifestaciones de canto ideológico se han convertido en actos de puro vandalismo". Esta misma mañana, el mismo Sàmper ha cerrado filas con el cuerpo y ha pedido que se lo aparte del debate político después de reunirse con los sindicatos y la cúpula de la policía catalana.