Los presupuestos del Estado son posibles, pero sólo con una mayoría parlamentaria. La del año pasado, con las izquierdas y parte del independentismo. Por este motivo la ministra María Jesús Montero ya se ha puesto a trabajar. Este mismo mes julio, probablemente la segunda quincena, prevén votar el techo de gasto, según fuentes del Gobierno. Ya pasado el verano empezará la negociación presupuestaria con las formaciones políticas. Lo más previsible es que empiece una vez reactivada la mesa de diálogo entre el Estado y la Generalitat, que se reunirá en Barcelona la tercera semana de septiembre.

La semana pasada, el Ministerio de Haciendo ya empezó la tramitación de los presupuestos generales del Estado, con la orden publicada en el Boletín Oficial del Estado (BOE) para empezar a elaborar las nuevas cuentas públicas. Según ha insistido la ministra de Hacienda tienen que apuntalar la recuperación económica prevista y también canalizar los fondos de recuperación europeos que empezarán a llegar durante el segundo semestre de este año. Después de esta publicación en el BOE, el primer paso es aprobar el techo de gasto en el Congreso y el Senado. Una de las opciones es que se apruebe la semana del 19 de julio.

Después empezarán las negociaciones, previsiblemente en septiembre. La ley establece que las cuentas se tienen que presentar en el Congreso como muy tarde el 1 de octubre. En estas conversaciones, el Gobierno de coalición tiene fijada la mirada en la misma mayoría que hizo posible las cuentas públicas de este año, aprobados para el PSOE, Unidas Podemos, ERC, el PDeCAT, el PNV, EH Bildu, Compromis, Más País, Teruel Existe, el Partido Regionalista de Cantabria y Nueva Canarias. La alternativa de Ciudadanos ya hace meses que quedó desactivada.

El Gobierno ya se ha puesto en contacto con algunas de estas formaciones, como es el caso de ERC. Fuentes republicanas señalan que, si bien no les han trasladado el contenido de los futuros presupuestos, sí que les han transmitido la voluntad de aprobar el techo de gasto antes de las vacaciones de verano. Están a la expectativa de lo que les presente La Moncloa. En una entrevista en ElNacional.cat, el portavoz Gabriel Rufián desvinculaba la negociación presupuestaria de la mesa de diálogo: "Tenemos que aislar la mesa de diálogo, porque pasan muchas cosas y pasarán muchas cosas. Hay que recordar que hay dos gobiernos pero también cuatro partidos con sus intereses y tempos. Ya lo hemos visto. La agenda del día a día tiene que ir por una parte y la agenda de la mesa tiene que ir por otra".

Sin reforma fiscal

Hay cosas que no pueden esperar para La Moncloa y hay otras que sí. En esta última categoría se encuentra la reforma fiscal pactada entre el PSOE y Unidas Podemos en enero del año pasado, para la investidura de Pedro Sánchez. Este viernes, el presidente del Gobierno volvió a postergar este reajuste impositivo, que quedará excluido del proyecto de presupuestos del Estado para el 2022. El dirigente socialista justificaba que "no abriremos a los presupuestos del 2022 una revisión del modelo fiscal que está pendiente, pero no por el año que viene, porque lo que queremos es precisamente recuperar la economía, salir de esta, superar esta pandemia, y modernizar la economía con los fondos europeos".