La guerra fiscal ha sacudido el inicio de curso político. Por eso le ha tocado a la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, arremangarse para desviar el debate hacia los intereses del gobierno de coalición. El PP ha abierto el melón a través de Andalucía y la eliminación del impuesto de Patrimonio, los socios de Unidas Podemos hurgan para gravar más a las grandes fortunas y, en el Consejo de Ministros, el ministro de la Seguridad Social, Jose Luís Escrivá, ha hecho saltar la liebre con la recentralización impositiva que ha irritado al gobierno de la Generalitat. Un cóctel que es político e ideológico.

Ante la OPA del Partido Popular, María Jesús Montero - en la línea de lo que ha asegurado este martes la ministra portavoz, Isabel Rodríguezha alejado el fantasma de la recentralización de impuestos negándose a quitar margen de maniobra a las comunidades autónomas. La ministra de Hacienda ha insistido que su gobierno intentará que la reforma del sistema de financiación autonómica incluya una armonización de gravámenes entre las regiones y evitar que haya competencia a la baja, a vuelco de la propuesta andaluza de bonificar el 100% del impuesto de patrimonio.

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Jose Luís Escrivá defiende que "la palabra recentralización no salió de mi boca". / Foto: Europa Press

En declaraciones en los pasillos del Congreso de los Diputados, la artífice de las cuentas públicas ha afirmado que el ejecutivo "explora" una mayor aportación de las "grandes fortunas" en la recaudación y que quiere "armonizar" algunos impuestos dejando claro que "armonizar no es centralizar, ni mucho menos". Montero ha puntualizado que recentralizar es cuestionar la capacidad de las comunidades por regular sobre determinadas figuras fiscales y ha añadido que, con la armonización, se persigue reducir el margen de las comunidades para llegar a suprimir la tributación de los impuestos sobre los cuales tienen competencias. De esta manera, ha defendido, se evita el riesgo de dumping fiscal. La idea de Hacienda es estudiar que, en el marco del debate de financiación autonómica, se estableciera una horquilla máxima en la bonificación del impuesto, que ahora puede alcanzar el 100% en Andalucía, siguiendo los pasos de la Comunidad de Madrid.

Escrivá, señalado

"La palabra recentralización no salió de mi boca", ha subrayado el ministro de Inclusión, José Luis Escrivá, para frenar la cascada de comentarios que ha suscitado sus declaraciones del día anterior. En una entrevista en Onda Cero, Escrivá explicó que le gustaba "el modelo australiano", a partir del cual el gobierno central determina el volumen de gasto por habitante necesario para prestar los servicios y, a posteriori, se transfieren los recursos a las regiones. De hecho, el PP ha aprovechado esta crisis interna para desgastar el gobierno de Pedro Sánchez. En declaraciones en el Senado, el coordinador general, Elías Bendodo, también ha reivindicado que "la bajada de impuestos forma parte del ADN del PP". De hecho ha defendido que el impuesto de Patrimonio "prácticamente no existe en Europa" y que sólo "lo pagan Noruega y Suiza".

El techo de gasto abre el camino hacia los presupuestos

Semana ardua para la ministra de Hacienda porque este jueves defenderá en el pleno el límite de gasto no financiero, el llamado techo de gasto para el 2023, que se considera el primer paso para la tramitación de los Presupuestos Generales del Estado para el año que viene. Según marca el orden del día, Montero informará del nuevo marco presupuestario y defenderá la necesidad de mantener suspendidas las reglas fiscales por cuarto año consecutivo. En los últimos tres años, según la autorización europea, se ha hecho por efecto de la pandemia y ahora a consecuencia de la crisis energética y de precio desencadenada por la guerra en Ucrania.