Uno de los grandes opositores de Pedro Sánchez dentro del PSOE, Emiliano García-Page, presidente de Castilla-La Mancha, no ha tardado en sumarse a las críticas de la derecha y la extrema derecha al pacto entre Junts per Catalunya y el PSOE, el cual ha salvado los decretos anticrisis del Ejecutivo español. El acuerdo incluye el traspaso de competencias sobre inmigración en Catalunya, hecho que Page ha rechazado enérgicamente, poniendo al mismo nivel a Junts y Vox. "Si las competencias las pidiera Vox, se escandalizaría todo el mundo, pero las pide Vox para lo mismo...", ha declarado este viernes.

Page no se ha limitado a comparaciones entre Vox y Junts, sino que ha cargado directamente contra Carles Puigdemont. Según recoge El Mundo, el socialista manchego ha llegado a afirmar que Puigdemont "trabaja con la idea que todos los que estamos aquí (en referencia a los españoles) seamos extranjeros". Además, ha descrito a Junts como un partido "supremacista" y ha pedido al Ejecutivo español que reflexione sobre el pacto al cual han llegado.

Indignación a la derecha española

El pacto entre Junts y los socialistas no han enfurecido solo en García-Page, de hecho, él ataca este acuerdo utilizando parte del argumentario que la derecha y la extrema derecha han utilizado en los últimos días. El acuerdo in extremis de las dos formaciones cogió por sorpresa al PP, que ya daban por muertos los decretos presentados por el ejecutivo, sin embargo, después del choque inicial han empezado una férrea oposición. El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, ha asegurado que el traspaso de competencias de inmigración se compromete la unidad y la seguridad nacional y es una "capitulación constitucional en toda regla".

Por otra parte, la extrema derecha de Vox no se ha quedado atrás. El líder de la formación, Santiago Abascal, ha asegurado que Sánchez ha convertido la "sede de la soberanía nacional" en un "mercado persa", después de las cesiones a Junts para aprobar sus tres decretos, y ha lamentado que el PSOE, una vez más, paga con la integridad del Estado, concediendo "de manera precipitada" un asunto que no estaba "encima de la mesa" como son las competencias de inmigración a la Generalitat de Catalunya.

Mientras que la derecha y la extrema derecha españolas se ponen las manos en la cabeza, desde el Govern de la Generalitat se enfría la magnitud del pacto. Este viernes, Laura Vilagrà, consellera de Presidencia, ha asegurado que no hay ningún tipo de pacto de traspaso, sino el compromiso de impulsar una ley orgánica, proceso que ha remarcado que es muy largo. "Es un pacto muy difuso. Nosotros estamos en 4º de negociación con el PSOE, nos estamos a punto de graduar, y sabemos cómo acaba cuando los socialistas utilizan el verbo impulsar", ha sentenciado.