Ensañamiento. La fiscal ha aumentado de cuatro a cinco años de prisión la pena que solicita para dos jóvenes, acusados de tirar botellas de vidrio a un furgón policial, sin causar heridos, en las movilizaciones de Tsunami Democràtic, en torno al Camp Nou  durante el partido Barça Madrid, el 18 de diciembre de 2019. Se da la circunstancia de que una hora antes del juicio, la fiscal ha propuesto llegar a un acuerdo, con la rebaja de penas implícita, que no han aceptado los encausados. Los dos jóvenes han negado la acción y han asegurado que los agentes, de la policía española que iban de paisano, se les tiraron encima sin identificarse y por eso se marcharon corriendo, hasta ser detenidos. "Me insultaron y una vez detenido, me golpearon la cabeza al suelo", ha afirmado Pablo, uno de los chicos, en el juicio, hoy en la sección segunda de la Audiencia de Barcelona.

Inicialmente, la fiscal pedía para cada a uno de los acusados, dos años de prisión por un delito de desórdenes públicos y dos años más por un delito de atentado contra la autoridad. Al acabar el juicio, hoy al mediodía, la fiscal  ha modificado las conclusiones y en el segundo delito, el de atentado, le ha añadido la agravante de usar instrumento peligroso, las botellas, y ha pedido para cada uno de ellos un año más  de prisión por este delito. Así, el castigo solicitado es de cinco años de prisión sin que ningún agente resultara herido en el lanzamiento ni que se reclamen por daños. Uno de los agentes que detuvo a Pablo se torció el tobillo y la fiscal pedía que le pagaran 245 euros, pero el policía ha renunciado al final.

Declaraciones

Pablo y Joseph, vecinos de Banyeres del Penedès, ha explicado al tribunal que aquel día por la tarde fueron en coche hasta l'Hospitalet y de allí cogieron el metro hasta el Camp Nou. Al no encontrar entradas para el partido, lo vieron en un bar, los propietarios del cual cerraron las puertas a causa de los disturbios de la calle, según han recordado. "No", ha respondido Joseph cuando la fiscal le ha preguntado si iban a la convocatoria de Tsunami Democràtic. Hacia las once de la noche, Pablo envió un WhatsApp a su madre que iban al metro y ya volvían a casa, como ha declarado ella, y consta en documentos. La chica de Joseph también.

Dos agentes del CNP, sin embargo, han asegurado que aquella hora en la avenida Carlos III les vieron con otras tres personas mover un contenedor de vidrio, ponerlo en la calle y tirar botellas de vidrio en un furgón de la Brimo de los Mossos. "El furgón paró, no bajó a nadie; no obstante, se dispersaron", ha afirmado un agente, que ha asegurado que "no los perdió de vista nunca". El segundo ha dicho lo mismo. Y pidieron refuerzos a compañeros del Grupo Apoyo y Reacción, que fueron a detenerlos. Cinco agentes han asegurado que, a pesar de ir de paisano, se identificaron como policías a los dos chicos "que iban caminando", y que ellos intentaron huir. Joseph quedó allí y a Pablo lo detuvieron a unos 800 metros. Cuando el abogado de los dos, Sebastián Martin Osorio, ha preguntado al agente si pegaron al chico, el presidente del tribunal, el magistrado Juan Carlos Iglesias le ha replicado: "No estamos juzgando las acciones de los agentes." Y le ha denegado que hiciera esta pregunta o similar a los agentes. Antes, los chicos han negado haber tirado ninguna botella al furgón policial, y por eso su abogado pide su absolución. "Corrí en sentir pánico y no saber quiénes eran hasta que estaba en el suelo", ha asegurado Pablo, hijo de un agente de los Mossos d'Esquadra, a quien el tribunal no ha dejado declarar  como testigo  porque no aporta pruebas a la causa, más que "la de un padre preocupado". No hay más prueba. Es la palabra de dos jóvenes contra siete agentes del cuerpo de la Policía Nacional, que actuaban realizando tareas de seguridad ciudadana, aunque la titularidad es de la policía catalana,  pero se movilizaron -han explicado- ante el partido y por la convocatoria independentista de Tsunami.

Recientemente, la fiscalía también solicitaba penas elevadas a dos jóvenes para participar en una protesta contra Vox en Barcelona, y donde ninguna persona resultó herida. Y también hay varios jóvenes encausados y juzgados por movilizarse con Tsunami Democràtic.