Ya lo auguró ayer el economista Xavier Sala-i-Martin y no ha tardado mucho tiempo en pasar. Después de que ayer el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) prohibiera las esteladas en la vía pública o en edificios públicos, desde esta madrugada ya se han visto algunas reacciones a esta resolución judicial. Entre ellas, el alcalde de Cervera, Ramon Royes, que ha colgado una estelada gigante en el balcón del Ayuntamiento.
Hace meses que el grupo Eskamot Terrassa pintó esteladas en los pasos de peatones de la ciudad, pero el Ayuntamiento las borró. La resolución del TSJC, sin embargo, los ha hecho volver a reaccionar y ahora animan a volver a convertir los pasos de peatones en la bandera independentista.
El mensaje claro está: "TSJC, si no quieres caldo, dos tazas". Así lo han explicado fuentes del entorno de Eskamot a El Nacional, que han añadido que el objetivo es "animar a la gente a que lo haga como reacción a la nueva sentencia del TSJC". Han dicho que ahora se organizarán para recuperar las acciones que hicieron.
Afirman que "el espacio público es del pueblo y que el pueblo se tiene que poder expresar", al mismo tiempo que denuncian que "el TSJC coarta la libertad de expresión". Esta es solo una de las muchas acciones que se empiezan a llevar a cabo después de la prohibición.
¿Efecto Streisand como decía Sala-i-Martin? De momento, la cosa no le ha salido bien al TSJC, que ya ve cómo Catalunya se llena todavía más de esteladas. Sobre todo, en los edificios públicos y vías públicas.