El PP de Catalunya, liderado por Josep Piqué, fue el único partido del Parlament que votó en contra del Estatut cuando se ratificó en el pleno del Parlament de Catalunya. Piqué apostaba por imprimir un perfil moderado a esta formación en Catalunya y participó en todos los trámites de elaboración del texto desde que en el 2004 los populares se incorporaron a la ponencia redactora. No obstante, los tres años de tramitación se habían convertido en un pulso constante con la dirección estatal de un PP cada vez más agresivo.

Así lo recuerda Francesc Vendrell, el que fue mano derecha de Piqué y uno de los ponentes del Estatuto en el Parlament. Entonces ocupaba la vicesecretaría general del coordinación y acción política del PP de Catalunya.

Vendrell, que en el 2007 abandonó todos los cargos después de que Piqué renunciara ante la enésima desautorización pública de la dirección estatal, asegura que la responsable de política autonómica del PP, Soraya Sáenz de Santamaría, que con los años sería vicepresidenta del Gobierno, argumentó que el enfrentamiento con el Estatuto daba al PP votos en España.

La frase de Soraya es textual: Esto nos da votos en España

"La frase es textual. Recuerdo perfectamente en Sitges en el balcón de casa intentándola convencer de que era una barbaridad retirar todas las enmiendas y presentar enmiendas a totalidad. Órdenes del secretario general, eso nos da votos en España", relata recordando la víspera del paso del texto de la ponencia a la comisión parlamentaria.

Santamaría habría ordenado, según explica, que no quedara ni rastro de la intervención del PP en la ponencia. "Gracias a los letrados del Parlament hicimos una trampa, consta que participamos. Y seguimos estando, a pesar de las órdenes. Por suerte el PP tenía un presidente un poco pasota y eso daba un cierto margen de maniobra", ironiza a pesar de recordar que las presiones fueron constantes. También la indiferencia cuando el debate llegó al Congreso con la participación de los diputados catalanes. "Ni nos saludaron. Estas eran las relaciones", explica.

Tensión con CiU

Vendrell, sin embargo, reparte también responsabilidades dentro del Parlament. "Un día del mes de mayo, antes de poner la proa definitiva en el Estatuto que parecía encallado y que no saldría del Parlamento, Pasqual Maragall nos gritó en su despacho y nos dijo tengo: tengo un problema muy grave Artur [Mas] me ha puesto como condición que él sólo votará a favor de un Estatuto que no lo pueda votar el PP. Eso también es verdad y con estas cartas se jugó. Desde el inicio se hizo tacticismo con el Estatuto, por parte del PP y de CiU. Hubo buena voluntad por parte del partido socialista, equivocada, pero buena voluntad".

Vendrell valora que el Estatuto intentó que se aceptara el hecho diferencial de Catalunya eliminado de la Constitucón por el café para todos, y que se intentara "arreglar la relación especial de Catalunya con el resto de España". 

Aquel 28 de junio del 2010 conoció la sentencia por la radio y no hace una valoración negativa de ella, porque piensa que, en realidad, el error fue recurrir el texto, que considera que era bueno cuando salió del Congreso. "Faltó la voluntad política", lamenta y describe el recurso como "la escenificación de un disparate político"

Todo desembocó en una ruptura entre Catalunya y España, en opinión del que fue ponente del PP. Se creó una expectativa, una ilusión, que se podía hacer una cosa, la sociedad se lo creyó. No lo critico. Lo que se quería hacer era correcto. Sin embargo, esta desilusión, este desengaño ha ido trayendo este tensión y, en el fondo, a no bajar del tacticismo", concluye.