España figura en la lista de estados en deriva autoritaria de Gideon Rachman, el jefe de opinión internacional del Financial Times, el influyente diario de la City de Londres. Para Rachman, el estado español se acerca más a países cono Hungría, Polonia, Eslovaquia y otros donde la autocracia y la corrupción (la "podredumbre antidemocrática", dice) ganan la partida a la democracia y el imperio de la ley. "Se está formando un bloque autoritario entre las filas de un autoproclamado club de democracias [la UE]", alerta.

El columnista justifica la alusión a España recordando que "más de 20 políticos catalanes pueden cumplir largas penas de prisión por rebelión" (la cursiva es del propio Rachman). "Alguna cosa no va bien cuando en un país democrático se encarcela a pacíficos cargos electos", añade.

Rachman teme que la "podredumbre antidemocrática" que se está estableciendo en los países del este de Europa contamine a los "estados del centro" de manera que "destruya la pretensión de la UE de ser una comunidad basada en valores".

Presos políticos

Algunas democracias más veteranas del centro y del sur de Europa "están bien lejos de tener una salud política perfecta", dice. Aquí es donde remarca el caso español con los presos políticos catalanes. "El gobierno español insiste en que sus tribunales hagan cumplir la ley, pues los separatistas catalanes han violado la constitución española. Pero alguna cosa no va bien cuando en un país democrático se encarcela a pacíficos cargos electos".

Al lado de España, añade Austria (dende el Partido Liberal, de extrema derecha, es parte de la coalición de gobierno y ya está acusado de purgar la administración pública), e Italia (donde es probable que se incorpore al gobierno Matteo Salvini, líder de la Lega, admirador sin ambages del primer ministro húngaro Viktor Orbán y del presidente ruso Vladímir Putin con quienes comparte su enfoque respecto a los tribunales y a los medios de comunicación).

Estos tres países, según Rachman, manifiestan señales de contagio de la "podredumbre antidemocrática" del este de Europa.

Peligro obvio

"El peligro más obvio proviene de Hungría", dice. "Viktor Orbán acaba de recuperar el poder con una gran victoria electoral [sin embargo] ha socavado instituciones fundamentales para una sociedad libre, como la independencia de la justicia, la prensa libre y las organizaciones no gubernamentales que fiscalizan el gobierno".

Cita después como graves enfermos de la UE a Polonia (investigada por la Comisión Europea para socavar el estado de derecho); Eslovaquia y Malta (dónde recientemente han sido asesinados periodistas que investigaban la corrupción en altos niveles del gobierno); la República Checa (su nuevo primer ministro, millonario y propietario de dos de los diarios mayores del país, es investigado por presuntos fraudes); Bulgaria (altos funcionarios de la UE reconocen que tiene un problema generalizado con la delincuencia organizada) y Rumania (su gobierno es visto en Bruselas como corrupto).

El miedo de Rachman es que políticos y partidos en el gobierno de estos países tienen apoyos en Bruselas. Sobre todo Orbán y su Fidesz, que es parte del Partido Popular Europeo, como el PP español o la CDU alemana. Estos apoyos "pueden eliminar muchas restricciones a sus instintos autoritarios", y facilitar la constitución de un bloque autoritario en medio de Bruselas para darse apoyo mutuo y promover su manera despótica de gobernar y de tratar a los jueces, medios, universidades...

"Tener un líder autoritario en la mesa de la UE no es broma. Tiene efectos inmediatos y perjudiciales en los esfuerzos de la UE por proteger sus valores y hacer cumplir sus normas", dice Rachman.

Alerta previa

El periodista ha alertado antes de este peligro. El pasado enero, por ejemplo, avisó a la UE de que su silencio con respecto a Catalunya debilita su autoridad con Polonia, país bajo investigación de Bruselas. Rachman decía entonces que los acontecimientos en España refuerzan las acusaciones a la UE de tener un "doble vara de medir". El gobierno de Varsovia puede excusarse en que "es España —no Polonia— quien encarcela a opositores políticos", decía.

Gideon Rachman es jefe de opinión internacional del Financial Times desde julio de 2006. Antes pasó quince años en The Economist como corresponsal en Bruselas, Washington y Bangkok. En 2016 ganó el premio Orwell de periodismo político y fue nombrado comentarista del año en los Premios de la Prensa Europea.