El miércoles de la semana pasada, pocas horas más tarde que Pere Aragonès convocara elecciones para el 12 de mayo, los grupos de la oposición fueron saliendo una a uno en el atril del Parlament para reaccionar a la decisión del presidente y responder a las preguntas de los periodistas. El único que no lo hizo fue Alejandro Fernández, líder del PP catalán, que compareció acompañado de Lorena Roldán y Daniel Serrano, los dos otros diputados populares en el Parlamento. Tras su breve discurso para valorar la convocatoria electoral, se marchó por donde había venido sin ni siquiera dar oportunidad a los periodistas de preguntarle si él sería o querría ser el cabeza de lista en estos comicios.

La relación entre Fernández y Alberto Núñez Feijóo ha protagonizado numerosos titulares, especialmente después de que el tarraconense rechazara públicamente los contactos del PP con Carles Puigdemont y Junts per Catalunya para su investidura, finalmente fallida. Al mismo tiempo, Fernández fue de los pocos dirigentes populares que condenaron las últimas informaciones sobre la Operación Catalunya, mientras sus compañeros de partido trataban de correr un tupido velo sobre el tema. Por eso, desde el mismo momento en que Pere Aragonès convocó las elecciones se han ido poniendo diferentes nombres sobre la mesa vistos con buenos ojos por Génova para sustituir Fernández al frente del partido en el Parlament, donde según las encuestas, verían incrementados significativamente su número de diputados. Entre estos perfiles destaca a Dolors Montserrat, siempre presente en todas las quinielas , y ahora en el ojo del huracán por su cruzada contra el catalán desde el Parlamento Europeo y el Comité de Peticiones, pero también Manu Reyes, alcalde de Castelldefels rozando la mayoría absoluta, Dani Sirera, concejal en el ayuntamiento de Barcelona o Nacho Martín Blanco, a quien los populares ficharon como cabeza de lista en las elecciones generales, donde no consiguieron los resultados que se esperaban en Catalunya.

Una herida abierta desde el 2017

Con este revuelo de fondo, desde Génova sin embargo, niegan que este sea el principal tema de debate ahora mismo de cara a las elecciones del 12 de mayo, si no que pasa por la integración de Ciudadanos, partido en vías de desaparición por todo el Estado, dentro del PP. Las conversaciones sobre el futuro de los naranjas dentro del PP, no solo en el país, sino en el conjunto del Estado, se remontarían a antes de la convocatoria electoral en Catalunya, que, eso sí, ha obligado a acelerar los plazos no solo en este sentido sino también para que, una vez resuelto, escoger al candidato idóneo. Con todo, si el acuerdo con los naranjas no llega antes del 12-M, cuando se planteó inicialmente el objetivo eran las europeas pero ahora el calendario ha cambiado, no cierran la puerta a incorporar a algunos dirigentes a las listas como independientes.

El encaje de Cs dentro del PP no es visto con los mismos ojos por la dirección nacional que por la catalana: aquí todavía escuece una herida abierta en 2017, cuando Ciudadanos -que ganó las elecciones con 36 diputados, pero sin la posibilidad de gobernar- se negó a ceder un diputado a los populares para que pudieran tener grupo propio en la cámara catalana. Según decía el entonces secretario general del partido, que pasaba por|para uno de sus mejores momentos, José Manuel Villas, esta era una práctica de la "vieja política" y que los catalanes no tenían por qué pagar a este partido "una cosa que no ganó a las urnas". Curiosamente, en el 2019, después del histórico descalabro de Cs en las generales, Casado cedió a los naranjas un senador para tener grupo propio en la cámara alta. Integrar Cs en el momento que atraviesan los naranjas parece ahora un acto de generosidad que no se corresponde con la negativa de los de Carrizosa años atrás.

Esperanza Aguirre o Vidal-Quadras, con Fernández

En este contexto, son diferentes los pesos pesados del PP y de las derechas españolas en general, que han querido expresar su apoyo a Alejandro Férnandez como candidato a las próximas elecciones. Por ejemplo, Alejo Vidal-Quadras -que en la década de los 90 y antes de pasarse a la ultraderecha fue candidato del PP a la presidencia de la Generalitat, ha publicado un mensaje en las redes sociales un mensaje en que sitúa en Fernández como persona idónea para ser el cabeza de lista, mientras destaca a Montserrat por su papel en el Parlamento Europeo contra el independentismo: "El PP tiene que actuar con inteligencia en Catalunya y no desvestir a un santo para vestir otro".

Esperanza Aguirre se ha pronunciado en la misma línea, situando Fernández como candidato ideal: "Yo soy partidaria de Alejandro Férnandez. Me parece una persona que es un magnífico parlamentario, un hombre muy riguroso, defensor de la Constitución y que es el mejor candidato que tendrá Catalunya". Unas palabras muy similares a las de Cayetana Álvarez de Toledo, que también lo sitúa como candidato: "Puede ser alguien mejor, pero yo a esta persona, de momento, no la conozco. No voto en Catalunya, pero si votara, votaría Alejandro", aseguró en una entrevista.