Un error de principiante. El rey emérito Juan Carlos I regularizó en diciembre más dinero del que era supuestamente necesario. Hacienda y el Ministerio Público reconocen que el monarca abonó más cantidad de lo que correspondía por los fondos opacos que se le atribuían en aquel momento, según ha publicado este lunes El Confidencial.

Los hechos se remontan al pasado diciembre, cuando el emérito presentó una declaración "sin requerimiento previo" ante la Agencia Tributaria para pagar unos ingresos no declarados. Una cantidad que subía a 678.393,72 euros. De esta manera, admitió el fraude relacionado con las tarjetas opacas, a la vez que intentaba esquivar posibles investigaciones penales.

Nuevas investigaciones

La estrategia le salió rana. Lejos de poner fin a sus problemas fiscales, provocó el inicio de nuevas indagaciones a su fortuna. Si bien no sabemos todavía cuál era la cantidad "correcta" a pagar en aquel momento, lo que está claro es que el rey emérito reconoció involuntariamente que había recibido más fondo de los que se tenían constancia.

El Ministerio Público puso en cuarentena sus hallazgos y abrió la investigación en torno a diferentes movimientos del empresario mexicano Allen Sanginés-Krause, fuente de donde provendría el dinero de las tarjetas de crédito opacas. Antes, la investigación se había centrado en los pagos efectuados directamente por el directivo, que se encargaba de costear las facturas de la familia real y entregar a sus miembros tarjetas de crédito con cargo en su cuenta, con las cuales se pagaban hoteles, vuelos, desplazamientos en Uber, compras en El Corte Inglés o clases de piano, entre muchas otras cosas.

Una segunda regularización

Pero la Fiscalía del Tribunal Supremo empezó a investigar otras formas de entrega de dinero del empresario mexicano a Juan Carlos I, después de darse cuenta de la diferencia entre el dinero reconocido por el rey emérito y lo que se había descubierto previamente. En este contexto, el abogado Javier Sánchez-Junco hizo una segunda regularización de dinero el pasado 25 de febrero, tres meses después de la primera, para tapar todas las vías abiertas. Esta vez se abonaron 4,4 millones de euros.

La Agencia Tributaria todavía no se ha pronunciado sobre las dos regularizaciones, pero en mayo abrió un acta de inspección para comprobar las cantidades. Si no se corresponden con el dinero supuestamente defraudado, el rey emérito se expone a una posible querella por presunto delito contra la Hacienda Pública, que se añade a otros delitos, como el blanqueo de capitales.

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Este detalle en la historia del rey emérito la conocemos justo un año después de su gran evasión a los Emiratos Árabes. Todo, para huir de la gran cantidad de escándalos que se han destapado a su alrededor y que se han tratado con mucha opacidad, con la complicidad de Felipe VI o el Gobierno, entre otros.

Y es que Juan Carlos I conoce bien los países árabes, ya que es la zona donde ha creado su fortuna con la venta de armas. Una actuación "éticamente cuestionable" más en el expediente del emérito, pero que algunos de los partidos políticos del Congreso quieren parar: Podemos y los independentistas se disponen a investigar de nuevo los negocios del rey huido.

 

Imagen principal: El rey emérito Juan Carlos I / Europa Press