El presidente de la Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha sido una de las grandes voces en contra de la reforma de la sedición, que hizo su primer paso la semana pasada al Congreso de los Diputados. Y las encuestas sobre los resultados a las elecciones autonómicas de mayo del 2023 muestran como estaría muy cerca de perder la presidencia de esta región como resultado del rechazo generalizado que se siente a España, también entre los votantes del PSOE, a esta modificación de Pedro Sánchez. Aunque en el Congreso quisieron exhibir la unidad de los socialistas, la realidad es que muchos barones autonómicos no entienden esta reforma y creen que les puede perjudicar, como en el caso de Page o también de Javier Lambán en Aragón, dos políticos que siempre se han mostrado muy contrarios al independentismo y especialmente a Carles Puigdemont. Con todo, el PP esperaba que hubiera una revolución en las regiones gobernadas por los socialistas, y su oposición no ha ido más allá de algunos comentarios en contra.

El adiós de Page, una posibilidad real

Concretamente, según esta encuesta de El Mundo, existe la posibilidad real que García-Page pierda la presidencia de Castilla-la Mancha, un territorio muy importante tanto por socialistas como por populares, que quieren recuperar el poder. Ahora mismo, Page tiene mayoría absoluta y se esperaba que pudiera conservar la presidencia, pero la reforma de la sedición no ha gustado nada a los manchegos y hace que la continuidad del barón se ponga en duda. Según los sondeos, será una lucha electoral muy ajustada y la presidencia de Castilla-La Mancha podría depender de solo un diputado. Perder la presidencia no significa que el PSOE pueda perder las elecciones. De hecho, como el 2019, las ganaría con casi un 40% de los apoyos (hace cuatro años era un 44%) con unos 16-17 escaños al Parlamento autonómico que cuenta con 33 diputados. Si Page consigue esta horquilla otra que le da la encuesta de El Mundo podría gobernar en solitario, ahora bien, si se queda en 16, la cosa cambiaría, ya que los socialistas no tienen posibilidad de pacto, pues Unidas Podemos no llega a ningún diputado.

Estos cuatro puntos menos que en el 2019 contrastan con la tendencia de Vox y PP, que van al alza y podrían pactar para desalojar Page. Con respecto a los de Feijóo, obtendrían entre 14 y 15 diputados, mientras que los de Abascal entrarían en este parlamento autonómico, uno de los pocos que se les resistieron en el 2019, con dos escaños. Mientras tanto, siguiendo la tónica habitual del partido en los últimos meses, Ciudadanos perdería toda su representación, cuatro diputados, y pasaría de un 11,4% de los votos en las autonómicas del 2019 a solo un 3,5, tres puntos menos que Unidas Podemos. Si el PP consigue los 15, sumados a los 2 de la ultraderecha, la etapa de Page pasaría a la historia y derecha y ultra derecha gobernarían juntas en las dos Castillas.