El soberanismo taiwanés está de celebración. Y el género femenino, también. Tsai Ingwen, lideresa del Partido Demócrata Progresista (PDP) se impuso el sábado pasado en las elecciones presidenciales de su país. La victoria fue por un margen amplio, desbancando al partido de Eric Chu, dirigente del Kuomintang (KMT). La formación había gobernado la isla durante ocho años, caracterizados por las buenas relaciones con Mi Xi Jinping, presidente de China.

Causas

Sin embargo, parece que habrían sido el desprestigio del Gobierno chino, a la vez que la mala gestión de su propio presidente, los que habrían catapultado el independentismo en Taiwán. Este es un Estado soberano parcialmente reconocido que se remonta a 1949, cuando después de perder la guerra con los comunistas de Mao Zedong, los nacionalistas chinos se refugiaron en la isla, manteniendo allí su gobierno –esperando algún día reconquistar el territorio.

Es en las relaciones entre sus actores políticos, así como en su actual situación, donde sería posible de extraer algunas ideas relativas al procés de independencia catalán.

Soberanía indivisible

En la región asiática, la concepción que ambos actores tienen sobre China generaba discrepancias. Así, el año 1992, algunos responsables, y mediadores de los dos estados acordaron establecer el principio "de una sola China". El término implica la indivisibilidad de la soberanía china, pero permitiendo que cada parte la interpretara a su manera: para el régimen comunista, el sujeto de la soberanía es la República Popular de China, y para la región insular con capital Taipéi, es la República de China (Taiwán). Es decir, que ambos aspiran a ocupar todo el territorio, pero gobernarlo según su concepción del Estado.

En el caso de Catalunya, parece que en "la indivisible unidad de la Nación española", comprendida en la Constitución, podría encontrar una discrepancia análoga. Mientras para España sólo hay un nacionalismo reconocido, la reforma del Estatuto de Autonomía del 2006 reivindicaba –en el preámbulo– el reconocimiento de Catalunya como nación. Este, un elemento que fue tumbado por el Tribunal Constitucional el año 2010.

La 'zanahoria'

Ofrecer algo para parar el independentismo taiwanés, y velar por el Consenso de 1992, es otra táctica de Pekín. En una reunión celebrada en noviembre entre Jinping y el presidente de la isla, Mi Ying-jeou, el primero le ofreció mayor presencia internacional. Es una pretensión taiwanesa que el continente le retire el bloqueo para formar parte de organismos como la ONU. Además, también se mencionó la posibilidad de formar parte del Banco Asiático de Inversión en Infraestructuras, y en el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica.

La oposición

"No cabe el independentismo, porque va en contra de la Constitución" es la opinión que en la reunión de noviembre los mandatarios de ambas regiones habían compartido. El líder del Kuomintang, hoy la oposición taiwanesa, se mostraba entonces seguidor sólo de la ley. Pero después de escuchar el pulso de las urnas, Eric Chu afirmó que “reflexionaría” para “captar el mensaje de los electores”. Su objetivo es trabajar para construir una oposición que se corresponda con aquello que piensan buena parte de los ciudadanos de su país.

Estado en contra

La victoria del soberanismo taiwanés no supondría en la práctica el inicio de ningún proceso. Tsai, ganadora de los comicios presidenciales, con mayoría absoluta en el legislativo, ha anunciado que mantendrá el estatus quo, cambiando así su tradicional rupturismo. Los diarios afines al régimen, como The Global Times, clamaban en un editorial que si "sobrepasa la línea roja", encontraría un "final de muerte". Al mismo tiempo, la agencia Xinhua cree que "perecería".

La posibilidad que China ataque existe, si Taiwán se independiza, porque hay una cadena de misiles apuntando la isla. Así, la parte continental aspira a mantener las buenas relaciones que con el KMT, aunque la lideresa sí que denota voluntad de distanciarse. El peligro sería un retroceso económico, para una región dependiente de exportaciones, y que tiene que superar ciertos escándalos alimenticios. España, a su vez, optaría por una vía legal, que le hace planear en Catalunya la sanción de suspender la autonomía a través del artículo 155 de la Carta Magna.

Presión internacional

En la vertiente internacional, así como Catalunya, Taiwán también encontraría con resistencia de otros actores. No es la Unión Europea, pero son los Estados Unidos los principales interesados en el buen funcionamiento de la economía china. Así le hicieron saber a la lideresa el sábado su "profundo interés" en las buenas relaciones entre Pekín y Taipéi, después de felicitar Tsai por la victoria, a pesar de que EE.UU. no mantiene relaciones diplomáticas con ella.

Así, parece que el procés comparte similitudes, al mismo tiempo que bastantes diferencias, que le podrían hacer reflexionar, en su versión lejana oriental, a la vez que "Made in Taiwan".