Nuevo fracaso de Ciutadans. Los naranjas no han conseguido hoy prosperar en su intento de reprobar al conseller de Educación, Josep Gonzàlez-Cambray. Tampoco lo pudieron hacer hace dos semanas, cuando el partido intentó la misma estrategia para criticar a la presidenta del Parlament, Laura Borràs. Ahora, Ciutadans ha intentado reprobar al titular de Educación en medio del debate por la manera como ha conducido el cambio del calendario escolar de cara al próximo curso. Según la moción, votada en el pleno del Parlament, esta medida "se ha caracterizado por la imposición y la absoluta falta de diálogo con los diferentes sectores de la comunidad educativa". Este punto solo ha recibido el apoyo de las tres fuerzas españolistas (Vox, Cs y PP), mientras que el PSC y los comuns se han abstenido.

Los naranjas tampoco han logrardo hacer prosperar dos otros puntos que hacen referencia al uso del catalán en las escuelas, en medio de toda la batalla del Govern con el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) por la sentencia del 25% de castellano en las aulas. Un punto de la moción defiende "el derecho de todos los ciudadanos de Catalunya a escolarizarse en su lengua materna". El último punto es mucho más explícito, instando al Govern a "aplicar sin más dilaciones" la sentencia judicial. Los dos puntos, sin embargo, han quedado rechazados gracias a la mayoría independentista y el apoyo de los comuns.

 

El debate parlamentario

Los partidos del Govern han sido contundentes. La diputada de Esquerra Republicana Mònica Palacín ha criticado que Ciutadans solo quiera generar polémica, y los ha avisado que "dejen en paz a la escuela catalana". Además, ha acusado a los naranjas de utilizar el caso de Cambray y la sentencia del 25% para sacar "rédito electoral". Desde Junts, Anna Erra ha defendido la inmersión lingüística ante la preocupante disminución del catalán en las escuelas, y ha criticado que Ciutadans lleve dos plenos consecutivos intentando hacer prosperar reprobaciones: "Yendo para aquí van hacia la extinción". La CUP también ha votado en contra de la condena del conseller, aunque han sido críticos con su gestión. Carles Riera ha avisado de que el departamento "no puede imponer el calendario y cambios en la jornada y el currículum sin dialogar con la parte social".

Por otra parte, el resto de partidos ha optado por abstenerse o votar a favor de la reprobación de Cambray. Los comuns han lamentado también que los cambios "no se han acordado con la comunidad educativa", y ha pedido una moratoria a la medida para que esta se aplique a partir del curso 2023-24. Y el PSC ha avisado de que dan "una segunda oportunidad" al conseller para que reanude el diálogo y busque el acuerdo. En cambio, Vox, Cs y el PP han sido más duros: la ultraderecha ha alertado de la "degradación del sistema educativo catalán"; los naranjas han lamentado una decisión que consideran "unilateral y arisca al diálogo"; y los populares han sido breves, afirmando que se necesita más "respeto" con la comunidad educativa.

El cambio de calendario, muy criticado

El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, y el conseller de Educación, Josep Gonzàlez-Cambray, anunciaron hace casi un mes que a partir del próximo curso (el 2022-2023) las clases empezarán el 5 de septiembre con respecto a la primaria y a la educación infantil, mientras que los alumnos de ESO, bachillerato y formación profesional empezarán el día 7 de septiembre. Ahora bien, la finalización del curso se mantiene como: acabará a finales del mes de junio. La medida ha sido duramente criticada por los sindicatos.

El USTEC pidió inmediatamente la dimisión del conseller Josep Gonzàlez-Cambray: su portavoz, Iolanda Segura, en declaraciones en ElNacional.cat, se mostró sorpresa. "Es impresionante, eso ya es el colmo y una auténtica irresponsabilidad", manifestó. Según el sindicato mayoritario de los trabajadores del mundo de la enseñanza, Educación acababa de lanzar "una bomba de humo" con el anuncio de este cambio. Y opinaba que se había hecho para "tapar todo lo que tiene relación con el borrador del nuevo currículum y el 25% de castellano en las aulas catalanas".

Segunda reprobación fracasada

Hace dos semanas, los de Carlos Carrizosa ya llevaron al Parlament una moción que instaba la Cámara catalana a reprobar a su presidenta, Laura Borràs. El intento quedó rechazado gracias al voto negativo de las tres formaciones independentistas, Esquerra Republicana, Junts y la CUP. En el documento, los de Carlos Carrizosa situaban su gestión del caso Juvillà y su presencia en el corte de la avenida Meridiana como motivo de peso para declarar su reprobación, e incluso pidieron el voto secreto con el fin de animar a los cupaires a manifestar su descontento por Juvillà, pero los anticapitalistas no cayeron en la tentación.