Todavía faltan tres dias para el inicio oficial de la campaña electoral y las calculadoras ya están sobre la mesa. El último CIS antes del 28-A ha descartado el espantajo del trifachito. Y ha dibujado dos mayorías viables, las dos con Pedro Sánchez al frente. La primera, la reedición de la mayoría de la moción de censura, con todos o algunos de sus integrantes, desde Podemos hasta los nacionalistas catalanes y vascos. La segunda, el pacto con Albert Rivera, que podría llegar a sumar hasta 189 escaños, trece por encima del cuórum necesario para una investidura.

Ante el hundimiento anunciado de un Pablo Iglesias en crisis constante, y ante la ultrafragmentación del espacio de la derecha, el PSOE emerge como el único con capacidad de seguir en la Moncloa, con una fuerza que pasaría de los 85 escaños a hasta 138. Y se encuentra en una disyuntiva. Por una parte, la comodidad --pero también el inmovilismo-- del pacto con Cs. Por la otra, la apuesta arriesgada, pero también más progresista, de mantener su agenda social y de diálogo. Eso pasa hoy por volver a escoger a las izquierdas y las minorías catalana y vasca como compañeros de viaje.

En público, desde Ferraz recuerdan el cordón sanitario que Ciudadanos ha puesto a Pedro Sánchez, con un Albert Rivera que día sí y día también se ofrece a Pablo Casado para gobernar conjuntamente. Fuera de micrófono, sin embargo, algunos miembros del gobierno socialistas prefieren los naranjas que la inestabilidad de la plaza Sant Jaume y la plaza Colón. El mismo ministro de Fomento, José Luís Ábalos, lo admitió en una entrevista.

La otra opción, la reedición de la moción de censura, requeriría de pasos valientes y atrevidos tanto en la agenda social, para ligar los votos de Unidos Podemos, como en la agenda nacional. A diferencia de la moción de censura, ahora los independentistas sí que parecen poner precio a su investidura. Este martes, la portavoz del Govern, Meritxell Budó, ha situado las líneas rojas: "la escuela en catalán, los medios públicos de comunicación, la lengua y que pueda hablarse de todo, también de autodeterminación".

Hacia el votante indeciso

Ya antes de la publicación este martes del último barómetro del CIS antes del 28-A, fuentes de la campaña de Sánchez ya remarcaban cuál era su prioridad: el votante urbano y, más importante todavía, el votante indeciso. Según la encuesta, son el primer partido en el Estado español. Hasta el 25,3% de los 16.800 encuestados asegura que "todavía no tiene decidido" su voto. Un porcentaje que se eleva hasta el 38% si se incluye a los que "no saben" (8,2%) y los que "no contestan" (4,5%).

La estrategia socialista, pues, pasa por enfrentarse a "la crispación y las fake news" con un relato y un programa basados "en los meses en el gobierno y en los cuatro años que vienen por delante". La campaña arrancará en Dos Hermanas (Sevilla) y acabará en València, donde también hay elecciones a las Corts. Además de Sánchez, también tendrán un papel protagonista algunos de sus ministros, que se desplazarán por todo el territorio, como Meritxell Batet, Carmen Calvo o Fernando Grande Marlaska.

Fuentes del PSOE admiten que los datos del CIS con respecto a los indecisos son preocupantes y hacen mantener la prudencia. También alertan sobre el fenómeno de Vox, que no se tiene que menospreciar. "Es que allí donde van están llenando, desde Logroño hasta Toledo", avisan.