Las discriminaciones al catalán en la sanidad pública se dispararon en 2022, según ha denunciado este jueves Plataforma per la Llengua. Concretamente, crecieron un 15,4% el año pasado —cuándo el PP y Vox todavía no gobernaban ni en el País Valencià ni en Balears. Recordemos que recientemente el nuevo ejecutivo balear eliminó el requisito de saber catalán en la sanidad pública, mientras que su homólogo valenciano se sumó a la cruzada para rebajar la exigencia. Los datos compartidos ahora por la entidad "evidencian que el problema que los gobiernos balear y valenciano niegan que exista no se encuentra en vías de solucionarse".

De las 118 discriminaciones al catalán en el ámbito público recogidas por Plataforma per la Llengua, 45 pasaron al ámbito sanitario. Lo que se recoge son casos en los que trabajadores públicos exigieron o presionaron a un ciudadano para que hablara en castellano y no se expresara en catalán, en los que se negaron a prestarle un servicio porque hablaba en catalán o en los que lo insultaron, vejaron o humillaron por este motivo. Para la entidad, "estos casos de abuso y trato antiigualitario forman parte de un problema mayor de discriminación lingüística estructural en el estado español, y están ligados a la ideología supremacista castellana del nacionalismo español y al redactado discriminatorio de la Constitución y las leyes".

Explosión catalanófoba a la sanidad

Los casos de discriminación lingüística en el ámbito público no han parado de crecer desde que Plataforma per la Llengua los empezó a recopilar en 2018, con un aumento que va muy ligado a "una explosión de casos en los servicios sanitarios". Si en 2018 eran el 20% (5 de 25), en 2021 llegaron al 39,4% (39 de 99) y en 2022 representaron el 38,1% (45 de 118).

Plataforma per la Llengua destaca alguno de los casos recogidos, como el de una médico del 061 que respondió así a una ciudadana que telefoneaba en nombre de un hijo que se había caído enfermo por el consumo de drogas: "¿Quiere hablar en catalán o quiere que su hijo se cure?". En otro caso, un médico soltó a un paciente: "Si me habla en valenciano, usted tiene que abandonar la consulta". Y otro: el de una médico que dijo a una paciente que "mira, nena, me hablas en castellano, que tengo mucho trabajo y no puedo estar perdiendo el tiempo". "El valenciano es un dialecto. ¿Eres profesora? Pues anda con cuidado, que soy yo quien tiene la aguja" y "O me hablas en castellano o no podremos atender a tu hija", son otros ejemplos de discriminación que ha difundido la entidad.