El dirigente independentista de Puerto Rico Manuel de J. González ha manifestado en un artículo en el diario Claridad, que "España parece que vive otra vez en los primeros meses del todavía recordado 1898", cuando perdió Cuba, Puerto Rico y las Filipinas.

"Como sucedió entonces, y aunque ha transcurrido todo un siglo y una década más, sigue siendo un reino -con su monarca, reina, infantas y nobleza- que todavía sueña con su pasado imperial. Igual que en el 98, el Gobierno se atrinchera bajo la amenaza del separatismo, se niega a ceder, y los políticos de todas las tendencias corren a dar apoyo a la mano dura ante los rebeldes que atentan contra la estabilidad del reino". "España una, España siempre", añade.

Según González, el ambiente político de ahora "se parece bastante al del 98 aunque los nuevos rebeldes separatistas ya no están en el Caribe lejano ni en la Asia todavía más lejana. Están mucho más cerca, en la misma península, en Catalunya. El escenario cambia, pero el odio parece ser el mismo", asegura.

El defensor puertorriqueño ha recordado que en todos los países del mundo una rebelión supone un levantamiento armado. "En España, en cambio, según el Gobierno y los jueces que lo sirven, el delito lo cometen los que aprueban leyes convocando el pueblo a votar para decidir su futuro, y después insisten en que se tiene que cumplir el mandato emitido en las urnas", añade.

Insiste en que "la violencia política que se ha vivido en los últimos años la han ejercido las fuerzas policiales del Estado español". "El último episodio de esta violencia oficial fue muy bochornosa porque se ejerció para tratar de impedir que la gente votara. A los independentistas catalanes no se les puede imputar ni un solo acto de violencia. Su llamamiento siempre ha sido buscar el cambio mediante la lucha pacífica", apunta.