"La extrema derecha es extrema derecha, lleve la bandera que lleve". Esta es una frase que se ha ido repitiendo desde la entrada al Parlament de Aliança Catalana, con sus dos diputadas, un partido islamófobo que reclama la independencia de Catalunya, una cámara en la que Vox también tiene representación desde 2021, y con él, su defensa de la unidad de España. Estos dos partidos demuestran su concordancia en algunos aspectos en las votaciones del Parlament (aunque Aliança Catalana suele abstenerse en las propuestas de Vox, ya que están registradas en castellano), mientras que en otras votan en sentidos totalmente opuestos y Vox acaba optando por la misma opción, por ejemplo, que el PSC, y AC que la del resto de partidos independentistas. Ante el auge de la extrema derecha a escala mundial y el previsible aumento del apoyo a estas dos opciones en el Parlament, especialmente de las de Sílvia Orriols a quien las encuestas auguran un importante ascenso. Ahora, los investigadores Javier Martínez-Cantó y Julià Tudó-Cisquella, han presentado un estudio en la revista Regional and Federal Studies sobre qué une y qué separa a estas dos formaciones bajo el título "Aliança Catalana y Vox en Catalunya: unidos por el nativismo, divididos por la nación", el primer artículo académico que analiza el fenómeno de Orriols.
Le Pen, espejo de Orriols
Para elaborarlo, han analizado los programas electorales en las elecciones catalanas de 2024, en las que Vox se mantuvo con 11 diputados y Aliança Catalana consiguió uno. También han puesto el foco sobre diversas encuestas del CEO y el CIS. Así, indican que en la oferta electoral se encuentran similitudes en elementos relevantes como la economía, la inmigración o la seguridad. En cambio, discrepan con otros elementos, igualmente importantes, como los derechos de las mujeres y el colectivo LGTBI, el cambio climático y, especialmente y como es previsible, la cuestión territorial. "En cuestiones relativas al género o a la LGTBI, Aliança Catalana adopta un posicionamiento más parecido al de Marine Le Pen en Francia, destacando que el islam representa un riesgo para las mujeres y el colectivo LGBTI —lo que en el ámbito académico se conoce como “homonacionalismo” y “femonacionalismo”, respectivamente", explican los autores, mientras que los de Santiago Abascal tienen un perfil ultraconservador, sin ir más lejos, negando la violencia de género o pidiendo abolir leyes que protegen al colectivo LGTBI.
Otra semejanza entre estos dos partidos es el perfil sociodemográfico de sus votantes (masculinizado y de mediana edad), mientras que hay diferencias evidentes en su ubicación nacional. "Ambos electorados consideran la inmigración como uno de los problemas más importantes, lo que constituye uno de los principales predictores del voto a favor de estas formaciones", explican, mientras que en el conjunto de la sociedad catalana el principal quebradero de cabeza es el acceso a la vivienda.
De Junts y ERC a Aliança
En las últimas encuestas del CEO se puede observar un rápido ascenso de Aliança Catalana, con unos votos que provienen de los partidos independentistas, muy especialmente, según este estudio, desde Junts per Catalunya. El estudio también ha querido analizar este fenómeno y ver cuáles son las variables que explican las transferencias de voto. Así, los autores plantean que su auge proviene de "votantes desilusionados con los partidos independentistas catalanes tradicionales tras el fracaso del procés", pero concluyen que quien "abandona Junts o ERC para dar apoyo a Aliança no es un independentista frustrado (solo cerca del 40% de los votantes de Aliança se declaran abiertamente independentistas), sino una persona que se identifica como catalana y está preocupada por la inmigración". "Es previsible que Aliança relegue la cuestión nacional a un segundo plano para centrarse en su discurso antiinmigración", plantean.