El monotema lo impregna todo en el Congreso de los Diputados: los indultos a los presos políticos independentistas. Hoy, después de Colón y de las mesas de firmas, el PP ha llevado a debate una moción contra la medida de gracia, que ha naufragado estrepitosamente, como era de esperar. La triple derecha se ha quedado sola haciendo aspavientos. El Gobierno ya dispone de un doble fracaso: el de la manifestación del domingo y el del pleno de esta semana. Ahora falta para aclarar cuando aterrizan a la mesa del Consejo de Ministros.

La moción se votará este miércoles, pero los bloques han quedado nuevamente definidos. A un lado, el favorable a los indultos, desde el PSOE y Unidas Podemos hasta los partidos independentistas, nacionalistas y soberanistas. En el otro lado, la triple derecha del PP, Vox, Ciudadanos y sus pequeños aliados parlamentarios. La moción de los populares saldrá rechazada por una mayoría bien sólida.

El encargado de presentar la moción ha sido el diputado Carlos Rojas, que no se ha ahorrado calificativos, llegando a decir que si se conceden los indultos estará "en fraude de ley". El parlamentario popular ha hablado de "consternación en todo nuestro país" y ha dicho que "nadie entiende al presidente del gobierno y que "toda la sociedad" lo vive con "indignación". Y ha remachado su mensaje: "Para los que delinquen y dicen que lo volverán a hacer no hay indultos que valgan. Ley, Constitución y justicia".

Pero en hiperventilación el PP no ha podido superar a Vox, que justamente le ha reprochado donde estaba mientras gobernaba. El diputado y abogado Javier Ortega Smith le ha replicado que no están "legitimados" para llevar esta moción, aunque votarán a favor. Y haciendo gala que en derecha dura no los superan, ha presentado una enmienda a la moción para reformar el Código Penal: que no sea necesaria la "fuerza" para la rebelión ni el "tumulto" para la sedición. Ortega Smith ha acabado con una advertencia al independentismo: "Lo volveremos a hacer. Los volveremos a sentar en el banquillo de los acusados". El diputado de Ciudadanos, Edmundo Bal, también ha hecho muchos aspavientos, acusando a Pedro Sánchez de "poner de rodillas a toda una nación".

La respuesta del independentismo ha sido contundente. El portavoz de ERC, Gabriel Rufián, ha ironizado que "el señor Tejero se arrepintió un montón" y ha recordado cómo el gobierno Aznar, en un solo Consejo de Ministros, indultó hasta 1.328 personas. "¿Saben cuántos aspavientos hubo? Cero. Porque habían robado. Porque eran de los suyos", ha lanzado a la derecha. Por su parte, Míriam Nogueras, portavoz de Junts, ha avisado a la derecha de que "este sentimiento de odio les está pudriendo y pudre todo lo que tocan", pero también ha avisado a los socios de viaje de que los indultos no son la solución. Y Ferran Bel, del PDeCAT, ha subrayado que los presos políticos "tienen más dignidad e integridad política que cualquiera de los que estamos aquí".

Los partidos vascos también han salido en defensa de los indultos a los presos políticos. El diputado del PNV Mikel Legarda ha reivindicado que ahora son "tiempos de hacer política, de ejercer el derecho de gracia y de iniciativa legislativa del Gobierno." Si bien los indultos "no solucionarán el procés", ha sostenido que "retirarán obstáculos". En nombre de EH Bildu, Jon Iñarritu ha tirado de hemeroteca, recordando el caso del torturador de Intxaurrondo que fue indultado en dos ocasiones. Ha reclamado una "negociación de buena fe" y el fin de toda la represión.

¿Y qué ha dicho el Gobierno a todo eso? El diputado socialista Felipe Sicilia se ha centrado más en atacar el PP por su inacción y por no tener ningún tipo de propuesta para Catalunya. Por eso ha defendido que "si lo que hicieron no funcionó, dejen este gobierno poder iniciar un nuevo camino", basado en un diálogo "desde la ley y los gestos para facilitar un posible acuerdo". Por su parte, Joan Mena, de los comunes, ha hablado de un "cambio de etapa" y de "vientos de cambio en Catalunya".