Las trece asambleas de la CUP de Barcelona decidirán este miércoles si dan apoyo a los presupuestos para el 2016 que impulsa el equipo de gobierno de Barcelona en Comú, según ha podido saber El Nacional. La reunión, la misma que hace dos semanas rechazó aceptar la propuesta de cuentas que avalan PSC y ERC, se adelanta un día respecto de lo que tienen previsto los mecanismos internos de la formación.

El gesto se enmarca en un contexto frenético por parte del Ayuntamiento de Barcelona. “Cada semana que pasa es más complicado ejecutar un presupuesto”, se lamentaba el lunes pasado el primer teniente de alcalde, Gerardo Pisarello. Desde el primer ‘no’ cupero, el 21 de abril, se han producido reuniones, divididas por temáticas, entre los equipos negociadores casi cada día.

Algunos de los puntos son la disolución de la Unidad de Apoyo Policial (USP) de la Guardia Urbana, la creación de un Carnet de Ciudad por los sin papeles o la remunicipalización del servicio de BTV. Con todo, parece que, el ejecutivo de los comunes ha hecho un intento real de acercarse a las demandas cupaires, a las llamadas 10 pedaladas que pusieron sobre la mesa de negociación.

El escenario

Pleno extraordinario, con carácter de urgencia. Esta es la única vía que podría probar el ejecutivo de BComú, después de un eventual anuncio de voto afirmativo de los cuperos el miércoles por la noche, con el fin de poner a votación del Plenario los presupuestos. Aunque por funcionamiento se tendrían que iniciar aquel mismo día los trámites, que empiezan con una Junta de Portavoces, fuentes del Ayuntamiento no descartan a este diario que se pueda hacer el jueves a toda prisa.

“Desde el gobierno siempre se ha dicho que se celebrará un pleno en cuanto haya un acuerdo”, inciden, a pesar de apuntar que el funcionamiento habitual se trabajar con un margen de 48 horas.

Con todo, si finalmente se produce un entendimiento, la capital catalana podría decir adiós, como máximo el lunes, a los presupuestos prorrogados del 2015. Entre otras cosas, la modificación de crédito incorporaría un incremento neto de recursos de 275 millones de euros, que incluyen poner en marcha una sexta hora de inglés en las escuelas (a propuesta del PSC) o destinar 15 millones a la L10 de Zona Franca para abrir dos estaciones de Metro (a propuesta de ERC).

Contexto

La complicada aritmética municipal hace que con los 11 concejales de BComú, los 5 de ERC y los 4 del PSC no sea suficiente para sumar los 21 necesarios para sacar adelante la propuesta, y es por ello que se contaba con el apoyo, aunque fuera limitado a un voto, de los tres concejales de CUP-Capgirem Barcelona, que permitirían superar los votos contrarios de los grupos municipales de CiU (10 concejales); C 's (5) y PP (3).

En realidad, la modificación presupuestaria fue aprobada inicialmente con los votos favorables del gobierno de BComú, de ERC, PSC y la CUP a finales de marzo, cuando CiU, C's y PP votaron en contra, y a pesar de que entonces la CUP ya advirtió que su apoyo definitivo quedaba condicionado a la incorporación de sus propuestas, el equipo de gobierno contaba poder sacar adelante el proyecto.

El sorpresivo 'no' de la CUP cayó, pues, como una jarra de agua fría entre los comunes y ha hecho tambalear los cálculos de Colau y su equipo. El calendario se ha retrasado, al menos dos semanas, y le ha costado un ritmo de negociaciones inédito, obligando a abrir contactos con Convergència, y una dura campaña en contra, plasmada en cientos de folletos en pleno Sant Jordi por parte de los anticapitalistas.