La fiscal general del Estado, María José Segarra, se reunió la primera semana de octubre con los fiscales del Tribunal Supremo y del Audiencia Nacional encargados del caso 1-O con el fin de unificar criterios en los escritos de acusación contra los miembros del Govern y de la cúpula de los Mossos d'Esquadra.

A la reunión, según ha informado El Independiente, se acordó que la fiscalía acusaría rebelión tanto a los procesados por los hechos del 20-S como del 1-O, siguiendo el principio "de unidad de actuación" que rige las normas de funcionamiento del ministerio público.

A la reunión asistieron los fiscales de Sala del Supremo Jaime Moreno, Consuelo Madrigal, Javier Zaragoza y Fidel Cadena; el fiscal jefe de la Audiencia Nacional y el teniente fiscal, Jesús Alonso y Miguel Ángel Carballo, y el fiscal de la Audiencia, Pedro Rubira.

Durante el encuentro, según esta información, hubo unanimidad a la hora de acusar en el Supremo de rebelión. No pasó lo mismo en el caso de la Audiencia Nacional. Mientras el teniente fiscal apostaba por acusar el entonces Mayor de los Mossos Josep Lluís Trapero de un delito de rebelión, el fiscal era más partidario que la acusación se calificara como sedición.