El exvicepresidente de la Mesa del Parlament, Josep Costa, ha mostrado su sorpresa con qué a "nadie le chirríe" que el Centro Nacional de Inteligencia español tenga que "despachar los asuntos del rey". El jurista ha explicado que el CNI "no hace nada" que el Gobierno no sepa, ya que la ley exige que los servicios de inteligencia tienen que informar de todo al presidente y al gobierno. Pero, en cambio, lo que no pone la ley es que el CNI tenga que reunirse con el rey, cosa que le chirría mucho en Costa. Hay que recordar que desde el CNI se inició un proceso de inspección a los teléfonos móviles de la casa real y de Felipe VI para comprobar si habían sido espiados.

Por otra parte, la Moncloa quiere hacer pagar los platos rotos de la crisis del CatalanGate a la actual directora del CNI, Paz Esteban, y no a la ministra de Defensa, Margarita Robles, tal como piden los partidos independentistas catalanes. Esteban es una alta funcionaria de perfil técnico que hace 40 años que está en el CNI. La decisión de cesar a Esteban depende del presidente español Pedro Sánchez y todavía no ha sido confirmada, pero según apunta El País, fuentes gubernamentales creen que es inminente. Esteban ya ha comparecido ante la comisión de secretos del Congreso y el CNI está a punto de finalizar el análisis de todos los móviles de los ministros. Cuando esta última inspección haya finalizado, el Gobierno ya podría optar por hacer caer a Esteban, hecho que serviría para proteger la figura de la ministra Robles.

Margarita Robles, ministra de Defensa y máxima responsable del CNI, es prácticamente el único miembro del Gobierno que protege a la directora del CNI. De hecho, la destitución de Esteban ha sido motivo de disputa interna en el seno del gobierno. Y es que desde Defensa se acusa Presidencia de ser los responsables de velar por la protección del teléfono de Sánchez y desde Presidencia responsabilizan el CNI porque "sólo ellos tienen la tecnología para saber si un sistema tan avanzado como Pegasus ha entrado en los móviles". Mientras que desde el gobierno catalán aseguran que la relación con el Gobierno está "a cero", Sánchez hace tímidas pasas para reconstruir la relación con los republicanos. De momento, después de viajar a Barcelona a raíz de la visita de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, Sánchez y Aragonès han acordado reunirse próximamente para abordar la crisis provocada por el caso de espionaje CatalanGate. Paralelamente, Robles se enfrenta a Sánchez frontalmente porque no quiere hacer caer a Esteban, estrategia que le está costando a la ministra muchas críticas por parte del gabinete español. Ahora bien, nadie cree que Sánchez se atreve a derribar un pilar primordial como la ministra de Defensa, una persona bien valorada, incluso, por la derecha.

Hay que recordar que, según la Moncloa, no sólo el presidente español habría sido espiado, sino también la ministra Robles y el ministro de Interior Fernando Grande-Marlaska. Por lo tanto, este es un tema que preocupa mucho en Sánchez y su equipo de gobierno. Con todo, sin embargo, parece que el presidente socialista tiene intención de reparar la relación con ERC para poder aprobar las reformas pendientes y agotar los cuatro años de mandato. Ahora bien, Sánchez no se puede permitir más resbalones porque la legislatura cuelga de un hilo.