El gobierno en minoría del Partido Popular se diferencia de los cuatro años de rodillo de la mayoría por la palabra "perdón". El caso paradigmático es la ministra de Defensa y secretaria general, María Dolores de Cospedal, quien ha encontrado en ese gesto la forma de neutralizar las críticas de la oposición y ser absuelta de los errores cometidos en el pasado. Lo hizo disculpándose ante las víctimas por el Yak-42 en el Congreso de los Diputados y lo ha reversionado durante el 18º cónclave de los populares, cuanto a la corrupción.

"Quizás no fuimos tan ágiles como la sociedad pedía. Otros nunca han sido ágiles, eso también lo quiero recordar", se ha excusado Cospedal delante de un auditorio de más de 3.100 compromisarios, de pie frente al atril y dejando atrás un fondo marítimo con barquitas de pescador. El paisaje bucólico bien podría simbolizar el mar en calma genovés, tras un año de interinato y la primera legislatura de Mariano Rajoy. 

La cuestión es que la autocrítica por los escándalos de corrupción se ha convertido en virtud. "Pedimos perdón, hicimos propósito de enmienda, e impulsamos una gran batería de medidas gubernamentales, la mayor de ningún gobierno en la historia de la democracia. Eso nos ha colocado los primeros en los estándares de calidad", ha dicho con los nombres de Correa, Bárcenas, Targetes Black sin ser mencionados en ningún momento.

Pero la actualidad informativa sí ha contraprogramado las formas redentoras de la titular ministerial. Las afirmaciones llegan el mismo día en que el Tribunal Superior de Justicia de Valencia ha condenado a 13 años de prisión en Francisco Correa, Pablo Crespo y Alvaro Pérez el Bigotes por el caso Fitur, dentro de la sección Gürtel. Al respecto, el vicesecretario de organización, Fernando Martínez Maíllo, había dicho por la mañana que "en este país [España], quien la hace, la paga". Ella ha recordado que los cargos involucrados en cuestiones legales ya no formaban parte del PP.

La secretaria general se ha deshecho también en elogios hacia las bases, como es de rigor después de no haberse reunido con ellos desde el 2012. "No fue justo que lo pagaran los millares de cargos responsables del PP, que muchísimas veces actúan de forma altruista y desinteresada. Ellos son nuestra gente, que quiere ser rigurosa con el dinero público, que trabaja de sol a sol" ha dicho exaltando los ánimos del auditorio en un ruidoso aplauso como si a las tropas del Ejército hablase.

La misma exaltación ha llegado cuando Cospedal ha alabado la labor de Rajoy, ante todos los ministros del gobierno, los jóvenes vicesecretarios, entre otros dirigentes territoriales y las bases. "A veces acertamos y otras nos equivocamos, pero el PP es un partido que responde ante los españoles" decía veladamente el presidente sobre Correa, a la entrada del cónclave.

Nadie ha ido tampoco más allá porque unidad, cohesión, convicciones es el emblema que el PP quiere hacer suyo, en contraposición a los "Pimpinela" de Podemos. Según el portavoz Rafa Hernando, sábado y domingo a sus adversarios "acabarán a botellazos y queriendo matar a un niño", decía socarronamente cuanto a su secretario político, Íñigo Errejón.

En un día de reencuentros, la ausencia de la difunta exalcaldesa de Valencia, Rita Barberà, ha planeado en todo momento. Cospedal ha abogado porque el debate de la corrupción se trate desde la "vigilancia, la firmeza y la condena sin reservas", pero ahorrando las penas de telediario u otras acusaciones infundadas. "La política es una tarea honorable. No podemos llegar al extremo de permitir que se utilicen los tribunales de justicia, si no hay tarea conocida. A veces es mejor dejarse llevarse por la marea que mantenerse firmes siendo ecuánimes" ha denunciado.

Con lágrimas en los ojos y mirando al cielo, Cospedal ha tenido un gesto de cortés con ella en la parte de agradecimientos. "A mí me viene el nombre de Rita. Muchas gracias a todos". Junto con Celia Villalobos, ambas siempre la defendieron ante los vicesecretarios críticos con la regeneración.

Frente crítico con la secretaria general

A partir de las 18h de la tarde el debate ha continuado a puerta cerrada por votar las enmiendas de la ponencia Política y de Estatutos. Por sólo 25 votos, la enmienda de un concejal de Cuenca, donde explícitamente pedía que Cospedal no pudiera compatibilizar cargos, ha sido tumbada. Ha habido 328 votos en contra y 303 a favor, más 8 abstenciones. Eso implica que la secretaria general podrá mantener este puesto, junto con el ministerio y la presidencia del PP de Castilla la- Mancha, si es que Rajoy así lo decide el sábado.

Si bien, la ajustada votación supone un frente crítico hacia la acumulación de poder de la número dos del partido.