Los barones socialistas habituales ya han empezado a saltar después del acuerdo del Gobierno con EH Bildu. Pasadas 48 horas, ha sido Emiliano García-Page quien se ha rebelado contra el pacto que establece la derogación de la reforma laboral. El presidente de Castilla-La Mancha no sólo ha expresado su apoyo a la vicepresidenta económica Nadia Calviño, sino que se ha pronunciado contra los abertzales. Ha admitido que ayer no fue "un buen día" y ha rechazado cualquier pacto "basado en la extorsión política", como considera que es este caso.
En un acto en Cuenca, el dirigente castellanomanchego ha marcado los límites a los pactos: "Los que han despreciado la vida y la han atacado siempre han sido una línea mucho peor que roja, muy negra, y lo seguirán siendo". En este panorama, García Page ha querido expresado su "apoyo al gobierno de España y muy particularmente a la vicepresidenta que tiene que dirigir la economía y la reconstrucción económica del país, y tiene que defender España en Europa".
Las diferencias en torno a la reforma laboral en el Gobierno se evidenciaron este jueves. El vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, defendió que el acuerdo con Bildu era el que era: la derogación íntegra de la reforma laboral. Horas más tarde, la vicepresidenta tercera, Nadia Calviño, rechazó rotundamente esta posibilidad, calificándolo de un debate "absurdo" en un momento muy complejo. De hecho, fue la ministra de Economía quien maniobró para rectificar el pacto con Bildu.
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