El gobierno suizo ha decidido prolongar el confinamiento hasta el 26 de abril, y ha discrepado de esta manera de la decisión del ejecutivo español de volver a la actividad laboral a partir del próximo lunes.
Según el gobierno suizo, es necesario ampliar las medidas de alejamiento social porque están dando buen resultado. Antes de que finalice el mes de abril estudiarán un plan para establecer un progresivo retorno a la normalidad, por etapas, si es posible.
"Estamos en un equilibrio frágil", ha declarado el ministro de Salud, Alain Berset, que ha pedido no aflojar los esfuerzos y no poner en peligro la salud de la población.
De cara al desconfinamiento, Berset ha advertido que es evidente que las grandes concentraciones de personas no serán las primeras a autorizarse, y que, al contrario, las actividades donde las medidas de higiene pueden ser fácilmente respetadas sí que lo serán.
En Suiza no hay uniformidad con respecto al coronavirus, y el cantón más afectado es el Ticino de habla italiana, donde reina un confinamiento total al estilo del que existe en Italia.
En el resto del país están cerradas tiendas, escuelas, restaurantes, bares y lugares de diversión, y sólo se permiten los comercios de primera necesidad. No existe una prohibición tan tajante de salir a la calle, como la que hay en los países mediterráneos, porque de hecho no es necesario.