Por tercera vez, el estado de alarma por el coronavirus se prorrogará, esta vez hasta el 9 de mayo. Pedro Sánchez ha conseguido este miércoles el aval del Congreso de los Diputados, que incluirá una primera medida de desconfinamiento: el de los niños menores de 14 años. Eso sí, lo que no ha conseguido el Gobierno es el aval a su gestión de la pandemia. Las críticas las ha formulado la oposición conservadora, pero también los mismos socios del ejecutivo de coalición, empezando por los diputados independentistas. Un suspenso el mismo día que cumplen 100 días.

El resultado de la votación: más votos en contra que ahora hace dos semanas, y algunos y abstenciones a desgana. Ha habido 269 votos a favor (que no cheques en blanco), entre los cuales los del PSOE, Unidas Podemos, el PP, Ciudadanos, el PNV, el BNG, Más País o Compromís. Ha habido 16 abstenciones, las de ERC y EH Bildu. Y ha habido 60 votos en contra, los de Vox y la CUP, a los cuales hoy se han sumado los ocho diputados de Junts per Catalunya. La improvisación del Gobierno ha sido el combustible perfecto para una alud de críticas y reproches.

El debate en la cámara baja ha llegado al día siguiente de la nueva rectificación del Gobierno. En este caso, por el desconfinamiento de los niños, que inicialmente anunciaron que sólo podrían acompañar a adultos al supermercado, la farmacia o el banco, pero no pasear. Esta temeridad ha unido a la mayoría de partidos en contra. También le han reprochado la recentralización, que Sánchez sigue negando. Gabriel Rufián le ha respondido con el chiste de los coches en contradirección: "Todos le dicen que ha recentralizado y usted dice que no".

Durante su intervención delante de la cámara, el presidente español ha vuelto a evitar la autocrítica. Ha hecho pasar la rectificación de ayer como "capacidad de escuchar". Se ha limitado a exponer su plan de desescalada, que quiere empezar a poner en marcha, lentamente, a partir de mediados de mayo. Este proceso será asimétrico territorialmente, no necesariamente por comunidades autónomas, y las autonomías colaborarán. Eso sí, bajo la batuta del ministro Salvador Illa, con facultades extraordinaria para dictar órdenes. También se ha avenido a reactivar la mesa de diálogo con la Generalitat, a petición de Rufián. Eso sí, "cuando se den las condiciones".

Ante las renovadas acusaciones de recentralización con el mando único, Sánchez ha vuelto a negar la mayor. "Yo creo en las virtudes del estado autonómico", ha defendido. Ha subrayado que los pactos de reconstrucción contemplan un "acuerdo interinstitucional" con gobiernos autonómicos y mundo municipal, y que también se les tendrá en cuenta a la hora de planificar la desescalada.

Desconfianza Sánchez-Casado

Todo esto la misma semana que se están poniendo los cimientos de la mesa de reconstrucción de Sánchez, reconvertida a petición de Casado en comisión parlamentaria de reconstrucción. No obstante, durante el pleno y especialmente durante la sesión de control, los dos dirigentes han vuelto a exhibir la desconfianza mutua. Los dos líderes políticos se han reprochado la falta de voluntad de pacto. "¿Piensa reconocer algún error por las negligencias del gobierno?", le ha preguntado Casado, que le ha exigido que pida perdón por su gestión. Sánchez le ha propuesto replicar también los mismos pactos a nivel autonómico y municipal, sin recibir una buena acogida. En paralelo al transcurso de la sesión, el PP ha hecho pública su propuesta de comisión de reconstrucción, que pasa por convertirla de facto en una comisión de investigación de esta gestión.

Una vez más, las palabras más hiperventiladas las ha pronunciado Santiago Abascal, que ha reclamado la dimisión de Sánchez y su gobierno por "haber convertido España en una gigantesca prisión chavista que funciona con cartillas de racionamiento". El dirigente ultraderechista ha llegado a decir que el presidente español es "un peligro para la vida" y que está realizando "la peor gestión sanitaria de esta pandemia que se haya realizado en el mundo".

Cada vez más lejos de los independentistas

Hoy Esquerra Republicana ha sido la única formación independentista que se ha abstenido, y lo ha hecho con una abstención "más próxima al no que nunca". Así lo ha expresado Gabriel Rufián, que ha sido especialmente contundente contra la recentralización de competencias en las puertas de la desescalada. Por todo eso, ha reclamado la recuperación de las competencias "desde ya" por parte de los gobiernos autonómicos. El jefe de filas de los republicanos en Madrid ha avisado a Sánchez de que no se cumple ninguna de las condiciones de la OMS para poder iniciar un proceso de desescalada del confinamiento

En cambio, Junts per Catalunya ha cambiado la abstención por un no. Laura Borràs ha cargado con dureza contra la gestión del gobierno de coalición, asegurando que "no han sido rápidos reaccionando pero las medidas son reaccionarias". La portavoz de JxCat en el Congreso ha avisado a Sánchez de que se le acaba el crédito y que no va por buen camino: "Decretaron el confinamiento tarde y mal y decretarán el desconfinamiento peor".

La CUP se ha mantenido en su no de hace dos semanas. La diputada Mireia Vehí ha acusado al Gobierno de utilizar el decreto de estado de alarma para "recortar derechos", permitir que la policía "actúe con impunidad" y para "recentralizar".

 

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