Cuando faltan dos semanas para la reunión de la mesa de diálogo, todavía no se sabe quién participará, ni por parte del Govern catalán ni del español. Una de las grandes incógnitas de esta reunión es saber si el presidente Pedro Sánchez se desplazará hasta Barcelona la semana del 13 de septiembre para formar parte de la mesa de negociación. Pere Aragonès tiene claro que su presencia es imprescindible y ya avisó ayer de que no concibe "una reunión en que no esté". Desde el PSC, sin embargo, no hay nadie que confirme su presencia. Salvador Illa ha apuntado que Aragonès es "atrevido" para exigirla y no ha posicionado sobre su eventual asistencia.

Incógnita Iceta

En una entrevista en el Més 3/24 el jefe de la oposición ha recuperado la ausencia del presidente de la Generalitat a la conferencia de dirigentes autonómicos que convocó Sánchez a finales de julio, abriendo la puerta a qué el presidente del Gobierno siga sus pasos y no se presente en la mesa de diálogo, en una especie de castigo.

En este sentido, tampoco ha posicionado sobre si Miquel Iceta, que hasta la remodelación de gobierno de Sánchez este verano era ministro de Política Territorial, tiene que asistir o no a la reunión.

Ayer, por el contrario, el presidente de la Generalitat, se mostró confiado que Sánchez, encabezará la delegación estatal en la reunión y explicó también que los dos ejecutivos están hablando para concretar la fecha de la cita, que en estos momentos "baila" entre en dos días. Horas después, el PSC se encargó de rebajar las aspiraciones del presidente y Eva Granados aseguró que para ella, la presencia de Sánchez: no es "tan importante" como la necesidad de que haya "voluntad de diálogo y de acuerdo".

Sin fecha límite

En este sentido, Salvador Illa ha pedido en la misma entrevista para que todos los participantes de la mesa entre gobiernos se reúnan "sin apriorismos" y sin fijar una fecha límite para la negación: "Tiene que haber una discusión franca y sincera, sin apriorismos, sin poner una fecha límite y sin actitudes que dicen eso no funcionará o 'si no sale lo que yo quiero nos levantamos de la mesa'", ha apuntado en la entrevista del Més 3/24.

Estas declaraciones de Illa hacen referencia a las dudas manifestadas desde Junts, donde son especialmente escépticos con el funcionamiento de esta mesa y no creen que sirva para encontrar la solución al conflicto con el Estado. Estas reticencias han abierto una guerra de declaraciones con ERC, desde donde reprochan su falta de confianza y estar debilitando la parte catalana ante el Estado. Ayer, en este sentido, la portavoz Marta Vilalta instó Junts a fortalecer y cohesionarla: "La mesa es imprescindible. A aquellos que la menosprecian, les pedimos que estén para que seamos fuertes y tengamos la máxima cohesión".

Declaraciones polémicas

Illa también ha querido dar explicaciones sobre su patinazo durante el fin de semana, cuando  en una entrevista en el Diari de Girona aseguró que los últimos diez años "han sido los peores de los últimos 300 de la historia de Catalunya". Con estas palabras se ganó la crítica de buena parte de la sociedad así como de representantes políticos, como el presidente Puigdemont o Jordi Turull, que le preguntó si es de los que creen que "cono Franco se vivía mejor".

En este sentido, se ha limitado a justificarse, asegurando que lo que quería expresar es que la última década, la del procés de independencia, "no ha sido buena" para los catalanes, y que se tiene que remontar mucho en el tiempo para encontrar otro momento en que Catalunya haya retrocedido en lugar de avanzar.

En la imagen principal, el jefe de la oposición, Salvador Illa / ACN