Un informe del Consejo de Europa sobre la protección en España de las lenguas regionales o minoritarias hecho público este martes critica la política lingüística de España con respecto al catalán y considera que la llamada "ley Wert" perjudica al sistema de inmersión lingüística. "Las autoridades centrales siguen imponiendo el castellano en un amplio abanico de ámbitos", dice el informe con respecto al catalán y pone como ejemplos la señalización de carreteras, diplomas universitarios, deportes y publicidad.

Según el informe, el catalán cuenta con el apoyo de las autoridades catalanas, "sin olvidar la importancia de la educación plurilingüe", y añade que los alumnos acaban la educación obligatoria con un buen dominio del catalán y el castellano. No obstante, se observa que la ley Wert cuestiona el modelo catalán al reafirmar el derecho de recibir la enseñanza de materias no lingüísticas sólo en castellano y perjudica así a "la inmersión y la conjunción lingüística".

Además, destaca que los instrumentos jurídicos adoptados por la comunidad autónoma para promover el uso del catalán en paralelo al castellano son impugnados por los tribunales "sistemáticamente". El informe aprobado por el Comité de Ministros, órgano de ejecución del Consejo de Europa donde están representados sus 47 Estados miembros, evalúa el grado de compromiso de España con la Carta europea de lenguas regionales o minoritarias.

Recomendaciones en España

El texto recomienda para el catalán y el resto de lenguas cooficiales de España la modificación inmediata de la Ley Orgánica del Poder Judicial para garantizar su uso en los procesos judiciales, si lo pide una de las partes. La segunda recomendación urgente es promover la utilización de las lenguas cooficiales en el seno de la administración del Estado en las respectivas comunidades autónomas.

El informe califica de "satisfactoria" la situación del euskera y compara el 71% de hablantes de entre 16 y 24 años en la actualidad, frente al 62% en 2006 y el 25% en 1991, sin embargo, al mismo tiempo, recomienda reforzar el uso del euskera en el sistema de salud (Osakidetza) y en la Ertzaintza.

Con respecto al gallego, señala que los estudios reflejan una caída del número de hablantes. Prueba de eso es que el número de alumnos que habla gallego y lo practica diariamente "ha disminuido considerablemente" con una "presencia insuficiente en la enseñanza".

Del catalán en el País Valencià asegura que se encuentra en una "situación preocupante", sobre todo en el marco de la administración del Estado y el sistema judicial. Señala que la ley relativa a la educación plurilingüe del 2018 "no es conforme" a la Carta europea porque "imposibilita la aplicación de modelos de programas de inmersión". Recomienda que la enseñanza del catalán se asegure en todos los niveles, así como su uso en la economía y los servicios sanitarios y sociales.

Con respecto al catalán en las Illes Balears, el informe confirma el "profundo cambio" de la política lingüística desde el 2015, gracias a la reinstauración de la Dirección General de Política Lingüística y de la derogación de leyes y medidas que restringían el uso del catalán en la administración.