Tiene una mayoría más que suficiente y, por lo tanto, el Congreso de los Diputados investigará al Partido Popular por la llamada Operación Kitchen. Según confirman fuentes parlamentarias, durante las últimas horas ha habido contactos entre el PSOE y Unidas Podemos para presentar una petición conjunta de comisión de investigación, a la que se sumarían las formaciones independentistas y soberanistas. ERC, JxCAT, la CUP, el BNG, Más País, Compromís y Bildu anunciaron ayer que iniciaban contactos para reclamar una investigación parlamentaria.

De esta manera, se acaban de romper los puentes entre el gobierno de Pedro Sánchez y el PP de Pablo Casado. Con el visto bueno del PSOE y Unidas Podemos, que impulsarán la nueva comisión de investigación, esta saldrá adelante sin problemas, superando el filtro de la Junta de Portavoces y del propio pleno de la cámara. En el recuerdo de Génova hay otras comisiones de investigación, como la que acreditó la existencia de una "policía patriótica" o la existencia de una caja B en la formación.

Según el sumario de la operación Kitchen, instruido por el juez de la Audiencia Nacional Manuel García Castellón, durante el gobierno de Mariano Rajoy impulsaron una trama para espiar y robar información comprometida a Luis Bárcenas, extesorero del PP. En esta conjura estarían implicados el entonces ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz; su número dos, Francisco Martínez, y la entonces secretaria general estatal de la formación, María Dolores de Cospedal.

Desde que se han conocido todas estas informaciones, provenientes del sumario levantado, la línea de defensa de Pablo Casado ha pasado por desvincular la actual cúpula del PP de la anterior dirección. En una entrevista en El Mundo este martes, Casado recordó que en aquel momento él "era diputado por Ávila y no tenía ninguna responsabilidad en el partido". Subrayó también que ninguno de los protagonistas de aquella supuesta trama está en estos momentos en la política activa.

Segunda Operación Catalunya

Pero hay revelaciones más allá de la operación Kitchen. Con la marcha de Jorge Fernández Díaz del ministerio, parecía que desaparecía el fantasma de la Operación Catalunya, la trama de las cloacas del Estado para crear pruebas contra los líderes independentistas catalanes. De hecho, uno de los primeros apartados fue Enrique García Castaño, máximo responsable de la unidad central de apoyo operativo (UCAO) de la Comisaría General de Información. No obstante, según ha revelado hoy La Vanguardia, el cese de García Castaño no fue más que una pantalla para dirigirlo a otros cometidos. Habría sido captado por José Antonio Nieto, secretario de Estado de Seguridad, para montar una segunda Operación Catalunya clandestina.