La Audiencia Nacional ha condenado al comisario jubilado de la policía española José Manuel Villarejo a dos años de prisión por revelación de secretos en el caso por el intento de toma de control de Repsol por parte de Sacyr y Pemex, y ha absuelto a los exdirectivos de la petrolera y de CaixaBank que eran acusados, según ha adelantado la agencia Efe, este martes. El tribunal ha rechazado condenar a Villarejo por soborno y falsedad en documento público, y por eso rebaja la elevada pena solicitada. La Fiscalía Anticorrupción pedía 40 años de prisión para el excomisario y 32,5 para el cual sería su socio Rafael Redondo, que, igual que Villarejo, ha sido condenado a dos años de prisión por revelación de secretos. Por contra, la Audiencia Nacional ha absuelto al exjefe de Seguridad de Repsol Rafael Araujo y el exresponsable de Seguridad en CaixaBank Miguel Ángel Fernández Rancaño. Las empresas contrataron Villarejo entre los años 2011 al 2014 y sabían que era comisario en activo, según la Fiscalía, hecho ahora descartado por el tribunal. Las empresas contrataron Villarejo entre los años 2011 al 2014 y sabían que el comisario estaba en activo, según la Fiscalía, hecho ahora descartado por el tribunal.
Villarejo, que ha aportado pruebas sobre que existió la policía patriótica contra el independentismo catalán, suma así una nueva condena. El excomisario fue condenado a 19 años de prisión por el primer juicio del caso Tándem, en el cual se contrataba la empresa de Villarejo (Cenyt) para espiar rivales políticos y empresariales.
Villarejo "no actuaba como comisario"
En la sentencia, de 651 páginas, la Audiencia Nacional afirma que Villarejo actuaba en una esfera "absolutamente privada, sin que conste intervención policial alguna en este proyecto", obedeciendo el pago de las cantidades abonadas a la contraprestación de los servicios llevados a cabo por “Cenyt”. Además, sostiene que no consta que ningún funcionario público recibiera contraprestación alguna, y por eso descarta que se haya cometido el delito de cohecho.
El tribunal añade que "por mucho que la actuación de Villarejo fuere conocida y tolerada por sus superiores a todos los niveles, ni actuaba al servicio de un ente público, ni llevaba a cabo actuaciones de interés público". Y asegura que "en ningún caso" se estaba encargando a un comisario en activo del Cuerpo Nacional de Policía "labor alguna relacionada con su actividad policial".
Algunos de los trabajos que el excomisario realizó a instancias de las dos empresas, como demostrar que un consejero se había ausentado de un consejo para asistir a un partido de fútbol están más cerca de las labores de un detective privado que de las de un policía, añade la Sala. Aunque el tribunal constata que Villarejo accedió al tráfico de llamadas del que fuera presidente de Sacyr, Luis del Rivero, de su esposa y de otros, no se ha confirmado que pasara dicha información a sus clientes, Repsol y CaixaBank.
Por lo que respecta a la falsedad en documento mercantil, la Audiencia Nacional considera que aquí "lo que se simula no es el documento. Solo se aparenta que lo que refleja constituye la totalidad de la obra o la totalidad del pago". Las certificaciones y facturas incompletas "no son veraces", prosigue la sentencia, ya que contienen "elementos contextualmente falsarios, en los que todo lo que consta es cierto, pero no consta todo lo que debiera constar".
En conclusión, las facturas expedidas "no recogen ningún negocio jurídico simulado, sino todo lo contrario, se trata de documentos auténticos desde el punto de vista de la mendacidad, ya que no inducen a error alguno sobre la veracidad del negocio llevado a cabo".