Las fuerzas presentes en el Gobierno mantienen el pulso sobre el independentismo. Después de revelarse que la cumbre hispanofrancesa que acogerá delegaciones encabezadas por el presidente español, Pedro Sánchez, y su homólogo galo, Emmanuel Macron, tendrá lugar el 19 de enero en Barcelona, tanto el PSC como los comuns han querido celebrar el anuncio. Los socialistas han declarado que la noticia es "muy positiva", e incluso lo han fijado como una "oportunidad" para Barcelona. La portavoz, Èlia Tortolero, hasta ha tanteado la posibilidad de que el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, tenga un papel cordial durante el encuentro, a pesar de la previsión de que el Govern acabe siendo ignorado durante la jornada. "Entendemos que Aragonès estará en algún momento de la cumbre", ha dicho, sin dar más detalles.

En una línea similar se ha pronunciado el portavoz de los comuns, Joan Mena, que ha asegurado que el jefe del ejecutivo catalán debería tener "un papel interesante" en el encuentro de alto nivel, pero también se ha ahorrado los detalles. Más allá, el representante lila también ha considerado "importante" que los líderes de estos dos países se encuentren, especialmente cuando la Unión Europea "no pasa por su mejor momento" a causa de la crisis económica y la guerra en Ucrania. Pero Mena todavía se ha atrevido a sentenciar que la elección de Catalunya para acoger la cumbre tendría que ser celebrada, porque al territorio "le interesan estratégicamente las buenas relaciones entre España y Francia". Un comentario que no se ha a pesar de que el lugar escogido ha sido recibido como una provocación por parte del independentismo, que ha anunciado una importante movilización unitaria contra la voluntad de Sánchez de escenificar el fin del Procés.

Presupuestos atascados: los comuns avisan al PSC

Sobre los presupuestos atascados, que tendrían que resolverse durante los siguientes días, Tortolero ha advertido a ERC que le corresponde decir "si acepta las condiciones" del PSC para llegar a un acuerdo final, sin ninguna rebaja. Unas condiciones que pasan por la ampliación del aeropuerto de Barcelona, la Ronda Nord y el Hard Rock. La portavoz también ha detallado que el Govern siempre puede acabar llegando a un acuerdo con Junts y sin el grupo de Salvador Illa, pero ha advertido a Aragonès que, si acaba fracasando la negociación de las cuentas con los dos partidos, será él el único responsable.

Pero los comuns han sido más contundentes. Joan Mena ha señalado al presidente de la Generalitat como máximo responsable, pero también ha irritado a los socialistas. Joan Mena ha criticado las exigencias del PSC y sus macroproyectos, y los ha sentenciado con una frase: "Estoy convencido de que los votantes del PSC no entenderían que Salvador Illa bloqueara unos presupuestos progresistas por un casino". El portavoz ha reivindicado las ganancias conseguidas por los comunes en su acuerdo con el Govern, y ha advertido que se tendrá que cumplir íntegramente, por lo que ningún acuerdo entre el ejecutivo y otro partido puede ir en su detrimento. "Lo que hemos cerrado no se tiene que modificar. A partir de aquí se pueden encajar negociaciones con los otros, pero no se puede atacar directamente a la columna vertebral de nuestro acuerdo", ha sentenciado, y ha explicado que las exigencias del PSC, como el Hard Rock, van contra el modelo de país que quieren los lilas.