Los grupos de Ciutadans, el PSC y Catalunya En Comú Podem han pedido al conseller de Treball, Afers Socials i Famílies, Chakir el Homrani, que dimita. Después de que ayer se hiciera público que el conseller había cesado la cúpula de su departamento, estos tres grupos han concluido que es el mismo El Homrani quien tendría que irse.

El líder de Cs en Catalunya, Carlos Carrizosa, ha acusado a El Homrani de "purgar" a sus subordinados "para tapar su propia incompetencia" y lo ha instado a "marcharse a casa". Carrizosa lo ha argumentado recordando que la conselleria de El Homrani fue la responsable del desastre en forma de víctimas mortales vivido en las residencias de personas mayores durante la primera ola de la pandemia de la covid-19.

La líder de los comuns, Jéssica Albiach, ha dicho que es "incomprensible" que El Homrani no dimita y ha considerado que se trata de una cuestión "de honestidad". Albiach también ha recordado que el departamento "nunca ha funcionado bien" y ha opinado que si la cúpula se marcha, el conseller también lo tendría que hacer.

El diputado del PSC Ferran Pedret ha apuntado, por su parte, que El Homrani "tendría que hacer una reflexión" y marcharse después de haber despedido a los altos cargos de Trabajo, Asuntos Sociales y Familias. "No encontremos aceptable la gestión que se ha hecho de las ayudas a los autónomos. El conseller El Homrani tiene que asumir la responsabilidad de esta nefasta gestión de la pandemia", ha dicho.

Ayer se hizo público a través de un comunicado que Josep Ginesta había sido cesado del cargo de secretario general de la conselleria y que lo sustituiría Oriol Amorós. En el ámbito de Trabajo, que también gestionaba Ginesta, ahora se encargará Enric Vinaixa, que lo combinará con sus tareas actuales como director general de Relaciones Laborales, Trabajo Autónomo, Seguridad y Salud Laboral. Por último, Marta Cassany relevará a Francesc Iglesies en la Secretaría de Asuntos Sociales y Familias.

Una mochila cada vez más pesada

Más allá de los abuelos muertos en las residencias, que quedaron abandonadas a su suerte durante los momentos más duros de la primera ola, hay dos manchas más en la gestión de El Homrani. La primera la confusión provocada por el mismo conseller asegurando que el teletrabajo era obligatorio cuando no lo era. Tuvo que salir la portavoz del Govern, Meritxell Budó, a desmentirlo.

La segunda es el colapso que sufrió el sitio web que tenía que repartir las ayudas a los autónomos ahora hace una semana. A pesar del intento de Treball de expulsarse las culpas asegurando que lo que había fallado era la web hecha por el departamento de Polítiques Digitals, lo cierto es que el método de dar las ayudas a las primeras 10.000 personas de un total de 500.000 que optaban no fue nada adecuado. El mismo Govern tuvo que pedir perdón.