Ciudadanos ve una mano negra detrás de la aplicación a los líderes independentistas condenados por el 1-O del 100.2, el artículo regulado en el reglamento penitenciario según el cual los presos pueden empezar a adaptarse a la vida en libertad a través de salidas para ir a trabajar o hacer voluntariado. El último de estrenar este permiso ha sido Oriol Junqueras, que este martes ha iniciado una relación laboral con el Campus Manresa de la UViC.

La jefe de filas de Cs en el Parlament, Carlos Carrizosa ha vinculado directamente estas autorizaciones a "la mesa de chantaje" entre gobiernos. Y ha ido más allá señalando que estas salidas son "el precio que Pedro Sánchez está pagando por su investidura".

Para los naranjas, la concesión de estos permisos es "un escándalo y una vergüenza" y responde a los contactos y "amigos políticos" que tienen Junqueras y el resto de presos. "Es un agravio comparativo con el resto de población penitenciaria", lamenta Carrizosa.

Hasta ahora la junta de tratamiento de Lledoners ha acordado aplicar el 100.2 en Junqueras, Romeva, Cuixart, Sànchez y Forn. Las de Mas d'Enric y Puig de les Basses también lo han concedido a Forcadell y Bassa. Quedan pendientes Jordi Turull y Josep Rull.