Junts per Catalunya descarta, hoy por hoy, repetir elecciones: "No especularemos con un nuevo candidato o unas nuevas elecciones, no enviaremos a la papelera de la historia a Pere Aragonès", ha declarado el presidente parlamentario de Junts, Albert Batet en Catalunya Ràdio. Y todavía más contundente ha sido cuando le han preguntado específicamente por si ven una mínima posibilidad de volver a las urnas: "No, lo hemos dicho de forma muy clara" y argumenta que el planteamiento no es este porque son "gente responsable".

El escollo de la CUP

Ahora bien, a partir de aquí, los matices. De entrada, quieren "un acuerdo de coalición, no de sumisión", como se lo sienten ahora. Y reprochan, en primer lugar, el preacuerdo con la CUP que han cerrado los republicanos: "Antes de hacer un acuerdo parlamentario, lo tienes que hacer con quien quieres un acuerdo de gobierno, que lo hacen dos partes, estamos a 33-32 y nos queremos entender pero no podemos asumir al 100% un pacto en que no hemos sido partícipes".

En esta línea, Junts es radicalmente opuesto a los planteamientos de la CUP y así lo ha expresado Batet que sitúa la reconstrucción económica derivada de la pandemia en la importancia del papel que tiene el tejido empresarial y asociativo catalán: "No hay un acuerdo estratégico ni sectorial. Ya lo vimos ayer con la CUP, Catalunya durante muchos años, al no tener un Estado, ha tenido una sociedad civil muy robusta que no puede quedar al margen y ser sustituida por la Generalitat de la nada".

En esta línea, también se han expresado en las últimas horas otros miembros destacados de Junts como Joan Canadell. A través de twitter, hacía esta reflexión después del primer debate: "El potencial de Catalunya para sacar adelante el país pasa por la sociedad del conocimiento. Lo que hemos pregonado en Junts en campaña y que el acuerdo ERC-CUP ni menciona... No podemos volver al siglo XX con propuestas anticuadas".

El papel del Consell per la República

El otro tema a resolver es el papel que tendrá el Consell per la República liderado por el president Carles Puigdemont. Batet admite renuncias de su lado pero también exige al otro: "Nosotros pedimos las bases de un acuerdo estratégico para avanzar y poner en valor el 52% del voto independentista. Estamos dispuestos a acceder en el ámbito de la negociación con Madrid donde somos escépticos pero se tiene que poner en valor que las instituciones catalanas están esposadas, la vigencia del 1 de octubre está en el Consell per la República y es este marco para avanzar en la negociación fallida con el Estado. Lo que no puede pasar es que no haya un Govern que no tenga proyecto".

Y en el baile de cifras, tilda de débil la apuesta de ERC para hacer valer la reivindicación de la autodeterminación y la amnistía: "No puede ser que tengamos un 52% y actuemos como un 48% con un gobierno autonomista porque un Govern que no tiene proyecto no es estable y no avanza. Como gente responsable, no lo queremos". Ahora mismo, a Junts la propuesta no les seduce y dan los motivos: "Si no tenemos pactadas unas bases que en estos momentos no hay y están lejos, se nos hace difícil". Además, también ven que el Govern, ahora mismo, "no sería estable".

Sin prisas

Batet ha comparado los gobiernos de coalición de Alemania, Bélgica o España con los casos de interinato que han provocado las negociaciones anteriores y reitera que estas desavenencias son las habituales en este tipo de situaciones. Por eso, a pesar de las conversaciones diarias mantenidas con Esquerra desde el 14 de febrero, considera que los tempos todavía tienen que ser más largos: Tenemos que aprender de los errores. Resolver los conflictos de tres años con días lo veo difícil".

Y por lo tanto reitera que una investidura el martes no es posible: "Las cosas están igual que ayer, no han evolucionado". El presidente parlamentario de Junts pide "no engañar a una ciudadanía", recuerda que ahora mismo "no hay un acuerdo" y valla filas de puertas a fuera: "No negociaremos a través de los medios de comunicación".

Fotografía principal: Albert Batet durante su intervención de ayer en el primer debate de investidura en Pere Aragonès