José María Aznar y Alberto Núñez Feijóo unen fuerzas contra Pedro Sánchez. Ambos han aprovechado la clausura del Campus FAES (la fundación que preside el expresidente español) para aliarse en contra del líder socialista con dos discursos coordinados y acusándolo de valerse de la violencia para continuar en la Moncloa. Es el relato que ha exhibido el Partido Popular desde que el domingo el presidente español expresó “admiración” por las protestas pro-Palestina en la Vuelta, que en Madrid provocaron la suspensión de la última etapa de la prueba. “Mucho cuidado con un poder dispuesto a ser rehén voluntario de la violencia y mucho cuidado con un poder dispuesto a ocupar, según convenga o simultáneamente, el papel de policía y el de agitador callejero”, ha verbalizado Aznar, con su habitual dialéctica. Y Feijóo no se ha quedado atrás: “El Gobierno, a la desesperada, ya no tiene más a lo que agarrarse para generar la máxima tensión posible, quiere el conflicto sin límites porque sabe que España apuesta por el cambio y es la única forma que ven posible de detenerlo”, ha proclamado. “Quien carece de ideas, está hasta el cuello de corrupción y ya se sabe sin el aval de la mayoría de la sociedad necesita conflictividad y necesita cronificarla”, ha subrayado.

 

“Cuando un Gobierno alienta, primero, y se felicita, después, por la comisión de disturbios violentos, es que ese Gobierno ha dimitido su responsabilidad sin renunciar a su poder”, ha señalado José María Aznar. El expresidente español cree que “se vislumbra un sanchismo terminal y, por eso mismo, tanto más peligroso” y ha reprochado a Sánchez que tenga la voluntad de “normalizar un puñado de tópicos aberrantes”: “Que la legalidad es para los ilegales, la libertad es para los déspotas, la clemencia es para los crueles y la tolerancia es para los fanáticos”, ha apuntado. “Si toleraba el blanqueamiento retrospectivo de la violencia pasada, le dará igual explotar en beneficio propio la que pueda venir”, ha reiterado. “Si ha venido aceptando y promoviendo la disolución de la nación y la fragmentación del Estado, consentirá acelerar su ritmo”, ha apostillado.

Acto seguido, Alberto Núñez Feijóo ha cogido el testimonio. “Sobran ejemplos de que la cuestión es mantener a toda consta la conflictividad, es su único combustible y para ello aprovechan cualquier circunstancia”, ha denunciado el líder del PP. “En lugar de buscar consensos que se asientan en la sociedad, tan solo buscan el conflicto”, ha añadido. Y ha acusado a Pedro Sánchez de buscar el conflicto siguiendo la estela de José Luis Rodríguez Zapatero y de Quim Torra: “El pretendido conflicto tribal que está presente en la política actual no surge espontáneamente. Sencillamente, está en el guion de quién hoy gobierna España. Y ni siquiera ese guion es original”. Y ha recordado el “nos conviene la tensión” (que en febrero de 2008 se le coló a Zapatero en un micrófono que no sabía que seguía encendido) y el “apreteu” (que dedicó Torra a los CDR el 1 de octubre de 2018). “En realidad, está copiando de otros que lo escribieron antes. La violencia es el último recurso de un incompetente”, ha remachado Feijóo.

 

Aznar: “Nunca debería entender la política exterior como un espejo donde ensayar poses morales”

La política internacional también ha sido protagonista de los discursos. José María Aznar ha sostenido que Pedro Sánchez lidera una “ineptocracia corrupta” y de haber convertido el Gobierno en una “fuente de desorden”. Asimismo, le ha reprochado la posición que ha adoptado sobre la guerra de Gaza: “Cuando la corrupción gubernamental resulta inocultable, se pretende desviar el foco y llevar la atención pública lejos de la sucesión de escándalos que mantiene cercado al Gobierno. Desviar la atención no para atender realidades ineludibles, sino para escapar de ellas”. “Nunca debería entender la política exterior como una escapatoria de sus problemas internos, o todavía peor, como un espejo donde ensayar poses morales”, ha añadido.

“Lo que menos importa a Sánchez es contribuir a la solución de ningún conflicto internacional. Para él la política exterior solo es un burladero”, ha esgrimido. El burladero es el lugar, en una plaza de toros, en el que se refugian los toreros detrás de las vallas que delimitan el ruedo para no estar expuestos a las embestidas de los toros. “Nadie tiene derecho a manipular los sentimientos de la gente para huir de sus propias responsabilidades”, le ha recriminado. “Se trata de contribuir a un mundo más seguro y libre. Y no de convertir a España en un Estado que no sea fiable, porque eso nos está saliendo muy caro y nos saldrá más caro aún. Hoy mismo ya podemos comprobar nuestra total irrelevancia en los foros donde podríamos hacer contribuciones significativas para la paz”, ha apostillado.

Feijóo: “El uso indebido de la política exterior para intereses personales conduce a la irrelevancia”

En los mismos términos se ha expresado Alberto Núñez Feijóo, que ha mantenido la línea seguida por el PP en las últimas semanas. “La política exterior no puede atender a intereses personales ni tampoco a intereses de un partido”, ha afirmado. El líder del PP ha advertido de que el “uso indebido de la política exterior para intereses personales” lleva a la “irrelevancia y desconexión de la nación” y ha lamentado que España viva hoy “aislada de las reuniones de más alto nivel”. “No queda una potencia relevante que no nos mire como un estado desesperado”, ha denunciado.