El aviso de la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, a la portavoz de Junts, Míriam Nogueras, sobre las consecuencias de tocar la bandera española de la sala de prensa ha tenido una respuesta también epistolar de la política independentista. Nogueras ha reprochado a Batet el toque de atención, que considera que afecta a la libertad de expresión de los diputados, y le reprocha que se preocupe por la bandera pero no haga ninguna mención en su carta sobre las amenazas que recibió después del gesto que protagonizó hace un par de semanas de mover la bandera antes de comparecer ante los medios.

Batet en una carta cursada este lunes ha advertido a Nogueras que tomará medidas si vuelve a suceder una cosa similar y ha reprochado que su gesto representa una ofensa al símbolo nacional. Además, Batet indica a Nogueras en la misiva inicial que "sin perjuicio de la prerrogativa de la inmunidad parlamentaria y de su derecho a la libertad de expresión", la diputada "está obligada a adecuar su conducta" al reglamento "y a respetar el orden, la cortesía y la disciplina parlamentarias". Por eso le recuerda que "debe cumplir las reglas" que rigen el funcionamiento del Congreso y "evitar cualquier actuación que pueda resultar ofensiva para el decoro de la Cámara o de las instituciones del Estado". En su respuesta, que ha enviado hoy, la portavoz de Junts ha mostrado la sorpresa ante la "repentina" preocupación de la presidenta por cuestiones que describe como escénicas y niega que su gesto de apartar la bandera tenga nada que ver con el decoro pero sí con la libertad de expresión de los diputados que, como presidenta tiene obligación de defender.

Peso de la ultraderecha

"Por el contenido sorprendente y sin antecedentes de su misiva, da la sensación que cada vez le pesa más la influencia de la ultraderecha a la hora de valorar la tarea de todos los diputados y diputadas de la Cámara", reprocha, lo cual la diputada contrasta con la "dejadez" a la hora de constituir comisiones de investigación aprobadas como la relativa a la Operación Catalunya, o cuando se trata de velar por el derecho legítimo de los diputados a expresarse en catalán en el atril.

Nogueras, además, lamenta que la presidenta de la Cámara no haya mostrado ninguna preocupación por "las amenazas de muerte, sexistas, y de todo tipo" que ha recibido los últimos días, y por las cuales ha presentado una denuncia ante la oficina con que cuenta la Policía en el Congreso de los Diputados. "Desde entonces usted no ha tenido ningún interés en conocer nuestra versión de los hechos, ni tampoco -y eso resulta especialmente grave- por interesarse por las continuadas amenazas que recibe una diputada, su naturaleza y su hipotético riesgo," añade. De hecho, advierte a la presidenta que "se podría considerar que su misiva, aunque por pasiva pueda llegar a ser cómplice intelectual de unas amenazas que sí deberían de importarle más que una supuesta ofensa".