La mejor prueba de la desconfianza que impregna las relaciones entre los partidos independentistas es que todos ellos han acabado accediendo a la propuesta del Colectivo Catalans per la Independència -entidad con 525 seguidores en Twitter y que hasta ahora no era conocida- de firmar un documento para comprometerse a no pactar con el PSC. Es decir, para hacer lo mismo que ya han dicho en campaña electoral y que ni unos ni otros han hecho en la historia más reciente. Tanto Junts como ERC comparten gobiernos con los socialistas a nivel municipal. Ahora, sin embargo, prometen que no pasará. Y el candidato republicano, Pere Aragonès, añade verbalmente otro compromiso, que si para ser president depende del PSC, no aspirará a la investidura.

"No aceptaría los votos del PSC para ser president", ha sentenciado en una entrevista en El món a Rac1. En la práctica, eso quiere decir que si la única suma posible para conseguir la mayoría necesaria para ser investido incluye la connivencia de los diputados socialistas, optará por no presentarse a la investidura. Aragonès ha argumentado "estos votos nunca son gratis" y que acaban condicionando la acción de Govern.

Después de que la líder de Junts, Laura Borràs haya invitado a ERC a extender el veto a los socialistas también en el Congreso -donde los republicanos mantienen un espacio abierto de negociación con el PSOE- Aragonès ha replicado que "una cosa es un acuerdo de gobierno y la otra un cordón sanitario". Desde su punto de vista, este último se tendría que reservar sólo a la extrema derecha. Y en clara alusión a Junts y los comunes ha recordado que si ERC "hubiera querido pactar con el PSC estaría gobernando en Barcelona".

Preguntado específicamente sobre si se plantea revisar los acuerdos de ERC con el PSC a nivel municipal, por ejemplo en el ayuntamiento de Sant Cugat, donde una alianza de izquierdas echó a los postconvergentes del gobierno de la ciudad, Aragonès ha negado esta posibilidad. Y lo ha razonado porque allí el pacto sirvió para echar a un gobierno salpicado por el 3%.

Si Borràs queda delante, la investirá

Todos los pronósticos sobre las elecciones del 14-F apuntan a un resultado muy ajustado entre PSC, ERC y Junts donde, por ejemplo, el partido con más votos podría no ser el que obtuviera más escaños. En este caso, ha afirmado Aragonès, "habrá que ver quién tiene más capacidad de llegar a acuerdos".

El presidenciable de ERC ha insistido en que su apuesta pasa por un gobierno de coalición que incorpore hasta cinco fuerzas parlamentarias, además de los republicanos, Junts, los comunes, la CUP y -si entra- el PDeCAT. "Mejor bien acompañado que solo", ha resaltado. Ahora bien, ha advertido que si no hubiera más alternativa, "ERC está preparada para gobernar en solitario". También ha garantizado que si Laura Borràs queda por delante suyo, votará a favor de su investidura. "Siempre que hemos tenido que desbloquear e investir a un president independentista lo hemos hecho y lo volveremos a hacer", ha concluido.

También ha dejado claro que si es ERC quien acaba ganando las elecciones, querrán retener las conselleries de Salud, Asuntos Sociales y Economía. En la última legislatura, Junts cedió estos departamentos a los republicanos, que habían sido el socio minoritario en el Govern.