El apoyo a la democracia en Cataluña ha retrocedido la última década. Según el último cuaderno del Institut de Ciències Polítiques i Socials (ICPS), en 2024 el 81,6% prefieren este sistema a cualquier otra forma de gobierno, es decir, ocho de cada diez catalanes. Esta cifra es siete puntos más baja que en 2014 y aún más lejos del 92,9% del año 2008. Solo en 2012, en plena crisis económica, se había registrado un apoyo más bajo a la democracia (81,3%). Aun así, los datos del ICPS señalan que esta erosión no se ha producido en favor de una preferencia por regímenes de tipo autoritario --que se mantiene en torno al 5% de la sociedad-- sino de posiciones de “alejamiento pasivo”: al 11% les da igual un régimen u otro, casi el doble que hace 10 años. En este contexto, la extrema derecha, las fake news y las desigualdades económicas aparecen como las amenazas principales a la democracia, que perciben los electores. 

Si bien en otra encuesta publicada hace dos semanas por el Institut Català Internacional per a la Pau (ICIP), se ponía el acento en el incremento de posiciones más cercanas a regímenes autoritarios “en algunas circunstancias”, sobre todo entre la población joven, la conclusión de este estudio es que el régimen democrático “no parece correr ningún riesgo inminente”. De hecho, el porcentaje de partidarios de una alternativa autoritaria (5%) no es el más elevado que se ha registrado. De nuevo, los años de la crisis económica propiciaron estos posicionamientos: hasta un 7,1%, en el año 2011. Hay que decir, sin embargo, que el ICPS no formuló estas preguntas entre los años 2017 y 2023, y, por tanto, no se puede precisar cuál ha sido la evolución del estado de opinión sobre estas cuestiones en este periodo.

 

¿Quiénes son los catalanes que más creen en otro régimen?

Lo que sí que se puede precisar en los datos publicados este miércoles es que la erosión del apoyo a la democracia se concentra en los tramos más jóvenes del electorado, especialmente entre los hombres jóvenes. “El vínculo entre democracia y progreso se ha roto en el momento en que estas cohortes entraban en escena”, interpretan los autores. Según el último sondeo de opinión del mismo ICPS, los hombres entre 18 y 24 años son el grupo en el que más decae el apoyo a la democracia, con 15,7 puntos porcentuales menos respecto a 2009, al mismo tiempo que crece su indiferencia (11,3 puntos). En este sentido, apuntan que las posiciones indiferentes, “traslucen desánimo y cierto determinismo, en el sentido de que tanto da el sistema político en el que se viva porque este hecho no modificará la misma situación”.

Según este informe, el retroceso democrático se produce más bien en los estratos más desfavorecidos de la sociedad, en el ámbito académico y de estatus socioeconómico. En este sentido, la clase social más adepta a la democracia (con un 90,6% de apoyo) sería la de “servicio”, formada por directivos, gerentes, profesionales y técnicos, mientras que la menos partidaria es la de los trabajadores manuales (73%).

¿Cuáles son las principales amenazas a la democracia?

Respecto de las “amenazas” a la democracia, la extrema derecha es la respuesta mayoritaria de quienes prefieren la democracia a cualquier otra forma de gobierno, en un 87,8% de los casos, seguido de las fake news y las desigualdades económicas. Pero, lo que más sorprende es el hecho de que de entre los que preferirían un régimen autoritario en determinadas circunstancias, el 74,4% también señala a la extrema derecha como amenaza al sistema democrático, por delante de otras "amenazas" como la extrema izquierda, el independentismo o las grandes corporaciones.

 

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