El secretario general de UGT, Pepe Álvarez, asegura que la visita que hizo a la prisión de Lledoners el lunes con el presidente de la CEOE, Joan Rosell, para hablar con Oriol Junqueras tenía como objetivo conocer la opinión del presidente de ERC sobre el contexto político.

"Era una visita personal. Tiene relación con él y la situación en que se encuentra, pero también era para conocer sus puntos de vista. Para cualquier persona interesada por el momento político que vive Catalunya y España, conocer el opinión de Junqueras tiene un valor muy importante", asegura Álvarez en declaraciones a El Nacional.

La sorprendente cita del presidente de la patronal y del líder ugetista en la prisión de Lledoners ha levantado polvareda en Madrid, especialmente en el entorno de la CEOE. No obstante, Álvarez insiste en que el contenido de la conversación es de carácter personal y que no piensa revelarlo.

Antes que tener tiempo de preguntar, el sindicalista sale al paso de cualquier tipo de cábalas para asegurar que no tenían como objetivo trasladar a Junqueras ningún mensaje de nadie, e ironiza que si este hubiera sido el objetivo seguramente no habrían ido juntos.

Aunque Álvarez asegura que no recuerda cómo decidieron hacer esta visita, fuentes republicanas confirman que fue el líder de UGT quien se encargó de organizarlo con ERC después de que Rosell le expresó su interés al respecto. Lo que sí admite el ugetista es que la crisis política en Catalunya es un tema que habla a menudo con Rosell, por lo cual, coincidieron "en algún momento" en mantener la entrevista con Junqueras.

Hubo que cuadrar agendas, lo cual complicó un poco el calendario y lo retrasó unas semanas. Finalmente se concertó para el lunes pasado. La voluntad era que fuera un encuentro discreto. No obstante, la coincidencia con una delegación de parlamentarios vascos hizo que se encontraran en la puerta un equipo de Euskal Telebista. En cualquier caso, asegura que no pretendían mantenerla en secreto y tenían intención de explicar-lo, "cada uno por su parte".

Álvarez, que ha ido en repetidas ocasiones a visitar a los presos tanto en Estremera como Lledoners y que, de hecho, el viernes había ido a visitar al presidente de Òmnium, Jordi Cuixart, tiene una relación de amistad con Junqueras, a quien conoce desde antes de que fuera presidente de ERC. Por el contrario, la relación entre Junqueras y Rosell es más limitada.

El secretario general de UGT no ha escondido nunca su rechazo al encarcelamiento de los políticos catalanes y de los líderes sociales, y asegura que no ha recibido ninguna reacción de sorpresa por la cita del lunes a Lledoners. Menos plácida ha sido la respuesta que ha recibido su compañero en la cita con Junqueras.